El funcionario nacional explicó que las entidades agrarias tomaron una decisión "sin atender el planteo de entablar una mesa de trabajo permanente para el agro entre gobierno y entidades".

"La dirigencia dio por finalizada una intensa etapa de negociaciones y dispuso un paro nacional con manifestaciones en todo el territorio que afecta a la comercialización de granos y repercute negativamente en otros eslabones de la economía del país", agregó el funcionario.

Asimismo, De Urquiza expresó que "durante estos días, en las sucesivas reuniones, los funcionarios manifestamos la voluntad de encontrar acuerdos sin condicionar el desarrollo de las tratativas, como sí lo hizo la dirigencia con la amenaza permanente de medidas de fuerza". A su vez, "El gobierno aportó a la discusión anuncios concretos, como la reapertura de las exportaciones de carne, las compensaciones por fletes a provincias extrapampeanas, comprometió el pago del precio pleno del trigo al productor por parte del sector exportador y de molienda", aseguró.

Agregó que "no hay que olvidar la refinanciación de pasivos de deudores del Banco de la Nación y el pago de reintegros a los productores de soja y girasol de menos de 500 toneladas, medida que alcanza a más de 62 mil productores, a quienes se los sitúa en las condiciones anteriores a la aplicación de retenciones móviles".

De Urquiza señaló que el nuevo paro agropecuario resulta "incomprensible" si se observan todos los avances conseguidos durante este último tiempo según los propios planteos del sector. "Estos avances fueron sistemáticamente desvalorizados en función de una única discusión posible que limita el diálogo a la modificación de las retenciones móviles".

Por último, dijo que "es importante que la población del país comprenda que es obligación del gobierno mantener, para el bien de todos, los equilibrios entre el consumo doméstico y la alta demanda internacional de alimentos que lleva a priorizar la exportación por encima de abastecimiento del mercado interno".