El atentado que causó la muerte al brigadista Luis Conde de la Cruz, de 46 años, y heridas a otras cinco personas -entre ellas el suboficial José Manuel Martínez Andrés y una mujer de 70 años que se encuentra muy grave-, tuvo lugar esta madrugada en la localidad cántabra de Santoña, en el norte de España.

Fue el último de los tres ataques perpetrados por ETA en el marco de su respuesta a las medidas judiciales contra su entorno político y social, como la ilegalización de Acción Nacionalista Vasca (ANV) y el Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK-PCTV) -brazos políticos de la organización-.

Casi al mismo tiempo, se conocieron también las condenas a 21 miembros del grupo de apoyo a los presos etarras, Gestoras pro Amnistía.

"ETA ha vuelto a matar, a sembrar el dolor y el horror en un rincón de España. Lo ha hecho con su habitual crueldad, sin importarle las consecuencias, buscando el mayor daño", afirmó Zapatero al leer en el Palacio de la Moncloa una declaración institucional de condena al último atentado mortal.

"La sociedad española, decidida a vivir en libertad, nunca cederá, nunca se someterá a los dictados de la banda terrorista ETA", insistió el jefe del Ejecutivo español, quien expresó sus condolencias a las familias del fallecido y solidaridad a la de los heridos.

Zapatero, quien dijo sentirse "respaldado por todas las fuerzas políticas y sociales", advirtió que quienes "desprecian y atentan contra la vida de sus conciudadanos no tienen otro destino que ser apresados, puestos a disposición judicial y condenados a larguísimas penas de prisión".

"Nunca triunfarán en su voluntad de doblegarnos", sentenció el presidente del gobierno español.

Una llamada en nombre de ETA alertó de la colocación del coche bomba que explotó poco antes de la 1 de la madrugada de hoy (20 de anoche en Argentina) cerca del Patronato Militar Virgen del Puerto, una academia situada en la calle Almirante Carrero Blanco de Santoña, en Cantabria.

En el momento de la explosión, el militar fallecido y su compañero herido, estaban desalojando el edificio del Patronato, en el que el primero pasaba unos días de descanso.

El presidente regional de Cantabria, Miguel Angel Revilla, informó en la radio Cadena Ser que el coche bomba estaba cargado con entre 80 y 100 kilos de explosivos, y que la explosión dejó un socavón de un metro y medio y provocó importantes daños en la zona.

Era el tercer coche bomba colocado por ETA en poco más de 24 horas, y el primero que causaba una víctima mortal, ya que en los dos anteriores sólo hubo heridos.