Fuentes judiciales informaron que la condena impuesta al cabo Federico Ramón Sandoval fue dictada esta tarde por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 11 en el edificio judicial de Lavalle 1171, donde algunas integrantes de la asociación Madres del Dolor fueron desalojadas de la sala porque insultaron al imputado y a los jueces.

"El fallo es una vergüenza y vamos a apelar no sólo en los tribunales nacionales, sino también internacionales", dijo José Vera, abogado de Gumersinda Jiménez, la madre de la víctima.

El abogado agregó que "este es otro tipo de impunidad: La del gatillo fácil y las penas mínimas".

"Estos jueces condenaron por una pena inferior a la que correspondía porque no tomaron en cuenta la "Reforma Blumberg" que determinó que todo delito cometido con arma agrava sus penas mínimas y máximas. En este caso la mínima por homicidio agravado por uso de arma era de 10 años y lo condenaron a ocho", explicó.

Los jueces que condenaron a Sandoval fueron Enrique Alvarez Aldana, Enrique Pose y Floreal De Laurentis, quienes durante la lectura de la sentencia ordenaron desalojar de la sala a unas 30 Madres del Dolor que acompañaron a Gumersinda y estallaron en insultos cuando escucharon la pena.

Por la mañana, Sandoval, quien durante el juicio dijo ser inocente, hizo uso de sus últimas palabras y se dedicó a agradecerles a su abogada y a los miembros del tribunal.

El martes, el fiscal del juicio, Eduardo Marazzi, había pedido para Sandoval la pena de 12 años de cárcel y la defensora oficial, la absolución.

El hecho ocurrió la madrugada del 24 de junio de 2007 a la salida del comedor "Los Bronquitos" de la Villa 31, lugar donde Judith había estado en una fiesta de cumpleaños y fue vista salir de allí junto al gendarme Sandoval.

De acuerdo a los testigos y a la investigación de la instrucción, Sandoval discutió con la chica por cuestiones pasionales y la asesinó de un tiro a corta distancia que ingresó por la nuca y salió por la barbilla.

Al inspeccionar la escena del crimen, los peritos hallaron cerca del cuerpo una vaina servida calibre nueve milímetros, compatible con el arma reglamentaria del gendarme.

Según las fuentes, varios testigos que se acercaron al lugar donde fue hallado el cadáver manifestaron a los policías de la comisaría 46 que la última vez que habían visto viva a la chica fue cuando ésta salía de una fiesta junto al gendarme.

El sospechoso, que trabajaba en la División Investigaciones Judiciales de Gendarmería, fue detenido horas más tarde en el edificio Centinela y quedó preso en el penal de Marcos Paz.

El entonces ministro del Interior, Aníbal Fernández, ordenó desafectar de la fuerza a Sandoval y le negó la posibilidad de que lo defienda un abogado de Gendarmería.