Viernes, 19 de diciembre de 2008 | Hoy
14:43 › SE ALEJA EL FANTASMA DE LA QUIEBRA
El presidente saliente de los Estados Unidos, George W. Bush, anunció hoy una ayuda de US$ 17.400 millones de dólares para las empresas General Motors, Ford y Chrysler.
Los constructores estadounidenses de automotores deben tomar decisiones difíciles, necesarias para reformarse, dijo el presidente George W. Bush este viernes, al anunciar una partida de 17.400 millones de dólares para asistir a la industria en crisis.
"Los fabricantes de automotores y los sindicatos deben entender qué es lo que está en juego y tomar decisiones difíciles, necesarias para reformarse. Nos proponemos enviar un claro mensaje a cada uno de los involucrados en el futuro de la industria automotriz estadounidense".
Bush agregó que la reestructuración de la industria -un pilar de la economía estadounidense- "requerirá importantes concesiones de todos los involucrados en la industria automotriz".
Permitir la quiebra de los constructores de automotores en crisis no sería una opción responsable en este momento, admitió Bush.
"La crisis financiera llevó a las firmas automotrices al borde de la bancarrota mucho más rápidamente de lo que pudieron haber anticipado", dijo.
Los fabricantes de automóviles estadounidenses van a recibir 17.400 millones de dólares del fondo Paulson de respaldo al sistema financiero.
"Los términos y condiciones de la financiación brindada por el departamento del Tesoro facilitarán la restructuración de nuestra industria doméstica del automóvil, prevendrá bancarrotas desordenadas en una época de dificultades económicas, y protegerá al contribuyente asegurando que sólo las firmas financieramente viables recibirán financiación", anunció antes la Casa Blanca.
Los fondos saldrán del plan de rescate financiero del Tesoro (Asset Relief Program, TARP) de 700.000 millones de dólares. Otros 4000 millones de dólares del TARP estarán disponibles en febrero, bajo reserva del desbloqueo de la segunda parte de los fondos del plan Paulson por el Congreso.
"Las firmas deben usar estos fondos para hacerse financieramente viables (...) Si las firmas no han alcanzado viabilidad para el 31 de marzo de 2009, el préstamo será retirado y todos los fondos regresarán al Tesoro".
General Motors, Chrysler y Ford habían solicitado un rescate del gobierno para ayudar a sortear la crisis económica luego del rechazo del Congreso.
Los tres grandes de Detroit han advertido repetidamente que sin un paquete de préstamos, se podrían perder millones de empleos.
El constructor de automotores estadounidense Chrysler anunció este viernes que había aceptado las severas condiciones impuestas por el Estado Federal para el otorgamiento de una ayuda financiera de urgencia y que había firmado una carta en la que se compromete a complirlas.
"Chrysler está determinado a cumplir con las condiciones impuestas", destacó su presidente, Robert Nardelli, en un comunicado. General Motors se congratuló por la aprobación del plan de asistencia financiera.
Por su parte, Ford consideró "prudente" la ayuda otorgada a sus rivales, destacando el riesgo de efecto dominó que podría provocar la quiebras de uno de ellos y reiteró que no necesita asistencia.
Los anuncios tuvieron un efecto inmediato en la Bolsa de Nueva York, que abrió en neta alza: el Dow Jones ganaba 1,18 por ciento y el Nasdaq 1,69 por ciento.
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