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Bajo la consigna "Que la crisis la paguen las patronales, los banqueros y terratenientes", miles de personas llegaron pasadas las 16 a la Plaza de los Dos Congresos y con banderas, bombos y cánticos de reclamos marcharon a Plaza de Mayo, donde realizaron un acto en repudio al plan anticrisis lanzado por el gobierno al que consideraron "ridículo" y "muy limitado".

La movilización, a diferencia de años anteriores, no registró ningún incidente, ni contó con el despliegue de grandes operativos de seguridad, al punto que los pocos policías presentes se dedicaron exclusivamente a ordenar el tránsito y no a controlar la movilización.

"Estamos recordando la esencia de uno de los hechos más importantes de los últimos 25 años de democracia como fue el 19 y 20 de diciembre donde la gente por iniciativa propia resolvió que si los gobiernos son ilegítimos y no resuelven los problemas se los puede echar", dijo la ex diputada porteña por el MST Vilma Ripoll, desde la primera fila de la marcha.

Consultada acerca de la situación económica que atraviesa el país como consecuencia de la crisis financiera mundial Ripoll señaló que "se está aún peor que en 2001" y que "esto reaviva la bronca", al tiempo que acusó al Ejecutivo de "pretender que la crisis la paguen los que están más abajo".

Entre las principales consignas a las que los manifestantes denominaron "programa" para enfrentar la crisis exigieron "la prohibición de despidos y suspensiones", la "ocupación, expropiación y puesta en producción de toda fábrica que quiebre" y "salario mínimo equivalente a la canasta familiar".

También rechazaron el plan anticrisis del gobierno "basado en el subsidio a banqueros y capitalistas", pidieron "triplicar los presupuestos de salud y educación" y repitieron la frase tan escuchada hace siete años "que se vayan todos".

Desde el Partido de Trabajadores por el Socialismo, Chistian Castillo dijo que "se está abriendo una nueva crisis y los mismos que la generaron en 2001 la están generando ahora", por lo que estimó que las movilizaciones "se van a acrecentar" y que "esta es una muestra de lo que será 2009".

Néstor Pitrola, del Polo Obrero, consideró que la movilización "es un hecho trascendente por juntar movimientos obreros combativos, piqueteros, estudiantiles y toda la izquierda" y que "es una reacción muy saludable ante la crisis".

"El gran sentido de esta plaza es poner muy alto grandes luchas del momento, como lo que sucede en General Motors, con los mecánicos cordobeses, los metalúrgicos de Villa Constitución, el paro en el puerto de Mar del Plata y las fábricas ocupadas", expresó.

Señaló que "la crisis es imparable y que el país está tan mal como en 2001", mientras que consideró los planes anticrisis del gobierno como "ridículos" por subsidiar la banca en lugar de mejorar el poder adquisitivo de trabajadores.

Otro de los dirigentes presentes en la movilización fue Jorge Altamira, del Partido Obrero, quien indicó que "la respuesta del gobierno a la crisis es muy limitada" y señaló que la movilización más que una queja busca alternativas para evitar la crisis.

Por la marcha hubo congestión vehícular en la zona y algunos de los carriles de la Avenida 9 de Julio permanecieron cerrados mano a provincia por la presencia de una veintena de colectivos; en tanto, los efectivos policiales desviaron el tránsito vehicular y estuvieron apostados en las puertas de la Catedral.

Entre las organizaciones presentes estuvieron MAS, MST, Asambleas del Pueblo, FUBA, Partido Revolucionario, Red Libertaria, PTS, PCR, Izquierda de los Trabajadores, Agrupación de Mujeres "Pan y Rosas", CCC, Movimiento Sin Trabajo "Teresa Vive", Coordinadora de Unidad Barrial, Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Villa Urquiza, entre otras.