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Castro indicó en declaraciones radiales que hay una "suspicacia que se quiere tender sobre que el gobierno argentino habría estado informado secretamente en Calafate (durante un encuentro entre Chávez y la presidenta Cristina Fernández). Yo he estado allí y no ha habido esta información".

La embajadora, previamente había dicho que hay "tres falsedades" generadas por "la campaña" y, tras una interrupción del periodista que la entrevistaba, continuó: "Una, que el Gobierno sabía que esto iba a suceder y se habló en Calafate. Yo estaba ahí. El gobierno venezolano no avisó al gobierno argentino ni a la embajada ni a la Cancillería" (sic).

Otra de las "falsedades" a las que se refirió la embajadora y que atribuyó a la prensa o a la oposición, es "que los gobiernos son iguales: Argentina no es Venezuela y Venezuela no es Argentina. Tenemos historias diferentes, sociedades diferentes, sistemas políticos diferentes".

Según Castro, esto "es agitado, vapuleado" por "la campaña electoral. Lamento que haya candidatos que se llaman progresistas que estén reivindicando el saqueo y las privatizaciones de (el ex presidente Carlos) Menem".

"Yo he estado en campaña, no soy inocente. Fui diputada por la provincia de Buenos Aires dos veces. Lamento que no se hagan propuestas", prosiguió.

La representante diplomática "esto no tiene nada que ver con una cuestión argentina. Lo que lo hace una cuestión argentina es la campaña: es evidente que este tema está siendo agitado por la oposición en medio de la campaña electoral".

"A nosotros no nos corresponde como país opinar sobre estas medidas, aunque, evidentemente y objetivamente, lamentemos la salida de la empresa de capitales argentinos. El Gobierno argentino se ha comprometido a intervenir eficazmente para defender los intereses de la empresa argentina, y lograr una negociación satisfactoria", continuó.

Castro remarcó que el gobierno argentino actuará "como intervino en el caso Sidor, que lo pagaron 1970 millones de dólares, excediendo inclusive, y eso me consta, las expectativas de la propia empresa que esperaba un pago menor".

Consultada sobre la conversación entre Chávez y su par de Brasil Lula Da Silva, que "en tono de broma" descartaron la posibilidad de estatizar inversiones brasileñas en Venezuela, la embajadora indicó que "el gobierno venezolano expresó en sus disculpas que fue un chiste tomado fuera de contexto".

"A mí tampoco me parece un buen chiste. Hay chistes que nunca me harán reír y no me gusta hacer bromas con ciertas cosas. Tampoco le gustó a la presidenta. La presidenta fue muy clara cuando dijo ayer que una afirmación de ese tenor, de haber existido, implicaría un grado de discriminación y de discrecionalidad", sostuvo.

"Consideró que sería absolutamente contradictorio con los acuerdos estratégicos que se tienen con Argentina y que sería también discriminatorio", prosiguió.

Castro aseveró que "el gobierno venezolano tiene una política de nacionalización en general, y una política del sector siderúrgico en particular que excede la relación bilateral".

"Se han estatizado desde 2007 hasta ahora más de 120 empresas que operan en distintos sectores: producción de alimentos, bancos, cementeras, empresas de servicios para la industria petrolera, como se acaban de estatizar 76", relató.

Dijo que "el capital accionario de esas empresas tiene origen muy diverso: España, Francia, Inglaterra, Irlanda, Holanda, Suiza, Italia, Japón, China, India, Estados Unidos, México, algunas venezolanas y unas pocas argentinas. Esa visión que se tiene en la Argentina y que ha causado un gran revuelo es muy sesgada y no es una opinión informada la que se está emitiendo".

"Creo que el grupo Techint seguramente no está sorprendido con la estatización porque Chávez había anunciado, incluso durante la conferencia de prensa que dio en Buenos Aires, que iba a seguir estatizando el sector petrolero", añadió.