Según un informe divulgado hoy por el Operador Nacional del Sistema eléctrico (OMS), un fallo que afectó inicialmente las regiones sureste y centrooccidental desencadenó la desconexión automática del sistema de transmisión, en un "efecto dominó" que afectó a todas las regiones del país. El informe detalla que el problema no sólo afectó a plantas hidroeléctricas, sino también las dos centrales nuclares brasileñas, las de Angra I y Angra II, que todavía no volvieron a operar.

Para el director general de Itaipú, Jorge Samek, "desde el punto de vista de la generación de energía no ocurrió problema alguno. Estábamos operando normalmente y, de pronto, la electricidad generada por nuestras 18 turbinas pasó a no ser recibida por las líneas de transmisión. Nunca antes en la historia de Itaipú hubo registro de un problema que afectara simultáneamente a las 18 turbinas", explicó.

La luz se apagó alrededor a las 22,14, hora brasilera, y el suministro de electricidad recién empezó a restablecerse en las primeras horas de la madrugada, después de que Itaipú lograra restablecer la operación de tres turbinas.

Las actividades de la planta binacional, en operación desde 1982, recién volvieron a la total normalidad cerca de las 6. Según el viceministro de Minas y Energía, Marcio Zimmermann, el apagón podría haber sido provocado por un desperfecto en la ciudad de Itaberá, en el sur del estado de Sao Paulo -donde existe una estación que recibe a tres líneas de energía de Itaipú- y afectó a las demás líneas de transmisión en una "reacción en cadena".

El apagón causó graves transtornos, especialmente en las grandes ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo, donde fueron interrumpidos los servicios de trenes urbanos y subterráneos y la ausencia de semáforos dio paso a gigantescos embotellamientos de tránsito.

El problema fue agravado además por las dificultades de comunicación, ya que el problema también perjudicó los servicios de telefonía móvil en gran parte del país. El apagón afectó principalmente a la industrializada región suroriental, y dejó totalmente a oscuras a los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Espírito Santo. También resultaron afectadas regiones de los estados de Minas Gerais, Río Grande do Sul, Santa Catarina, Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, Goiás, Santa Catarina, Paraná, Pernambuco, Acre, Rondonia, Bahía, Sergipe, Paraíba, Alagoas, Pernambuco y Río Grande do Norte, así como del distrito federal de Brasilia.

"No tuvimos falta de generación de energía. Tuvimos un problema en la línea de transmisión y no detectamos el problema", aclaró el presidente Lula. Poco antes de recibir a su par de Israel, Shimon Peres, Lula aseguró que no quería "arriesgar" sobre los motivos del apagón. "No sabemos si la línea de transmisión tuvo un desperfecto por el clima o por un error humano", comentó el mandatario.

Además, Lula defendió su política energética y rechazó comparar lo de anoche con la crisis de los apagones de 2001, bajo la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, porque entonces "el problema era que Brasil no producía energía suficiente y no tenía integrado el sistema de transmisión, y hoy tenemos todo el sistema interconectado". Por último, resaltó que en sus 7 años de gobierno se hizo "el 30 por ciento de las inversiones que todo Brasil realizó en los últimos 123 años".

Desde Asunción, en tanto, la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) descartó que el corte de anoche, que fue total y duró entre 15 y 20 minutos, se hubiera debido a un sabotaje y atribuyó el hecho a "una desconexión total" en las unidades generadoras de Itaipú, la mayor represa de generación del mundo, construida sobre el río Paraná.