Jueves, 10 de febrero de 2011 | Hoy
20:54 › EL OFICIAL DE LAS BALAS DE PLOMO
Ezequiel Vega, el oficial de la Bonaerense detenido por los asesinatos de dos adolescentes durante la represión de José León Suárez, declaró ante la Justicia que utilizó "postas de guerra" (de plomo) porque confundió los cartuchos al recargar su escopeta. Ayer, cinco policías que declararon como testigos indicaron que "la única escopeta 12.70 que tenía postas de plomo era la que tuvo en sus manos" Vega, quien también sostuvo esa versión. El subinspector agregó que solo disparó a los pies, no a matar. Sin embargo, Joaquín Romero, el tercero de los heridos durante los incidentes, aseguró que fue la policía la que le disparó.
De los policías que participaron de la represión en la que fueron asesinados Franco Almirón, de 16 años, y Mauricio Ramos de 17; Vega fue el único desafectado de la fuerza tras reconocer ante un superior que utilizó balas de plomo durante la represión. Horas después de los sucesos, la fiscalía interviniente ordenó el secuestro 45 armas cortas y largas pertenecientes a la comisaría 4° e identificó a los uniformados que las utilizaron.
Tras la declaración, el fiscal de San Martín Marcelo Sendot resolvió sostener la medida de detención hasta recibir los peritajes balísticos de la Gendarmería Nacional. Los análisis planimétricos permitirían establecer dónde se encontraban los tiradores y los blancos y así llegar a alguna conclusión.
Ayer, una fuente de la investigación le señaló a este diario, que la declaración de los cinco policías señalaría que la presencia de un grupo de personas, señalados por los vecinos como "transas" (narcos), que disparó contra los uniformados no significó quedar expuestos a ninguna agresión, ya que pudieron cubrirse detrás de los containers del tren descarrilado.
En su declaración de hoy, Vega relató que tras el descarrilamiento del tren estaba parapetado con otros efectivos detrás de los vagones y que un grupo de alrededor de 50 personas les arrojaban piedras. Según el policía, de repente empezó a sentir que balas de plomo le "zumbaban cerca de la cabeza". Vega dijo que en ese momento recargó su escopeta y disparó a los pies de las personas que lo atacaban.
Según el efectivo, recién después del estruendo que sintió, advirtió que le había disparado con un cartucho con municiones de plomo. "El policía dijo que se sintió acorralado y que en la desesperación porque su vida corría peligro no se dio cuenta de que lo que estaba recargando era un cartucho con postas de plomo", contó una fuente judicial.
Ahora el fiscal Sendot debe analizar la declaración del policía, quien reconoció que es profesor de tiro, razón por la cual no debería haber confundido los diferentes tipos de cartuchos.
La indagatoria será cotejada, además, con los resultados de los peritajes balísticos que está realizando Gendarmería Nacional sobre las escopetas calibre 12/70 secuestradas a los policías que actuaron ese día.
Según los resultados de las autopsias, las dos víctimas que murieron presentaban impactos de postas de guerra (plomo) disparadas con escopetas calibre 12/70 de la policía y se cree que los disparos fueron hechos a corta distancia.
Uno de los datos que los investigadores ya corroboraron es que los adolescentes asesinados no estaban armados y al momento del descarrilamiento del tren iban a buscar cartones en bicicleta.
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