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Vargas Llosa aseguró que el conflicto surgido a partir de la invitación de la Fundación El Libro a la apertura de la feria marcó un contexto respecto de las libertades y pasó a leer su discurso, que no tuvo apreciaciones sobre la actualidad política o económica.

"Los libros representan la libertad humana y, en pequeño formato, los amores y odios de la humanidad. Ningún espejo retrato mejor a los hombres y mujeres que conforman y a sus distintas costumbres como un libro. Esa variedad aparece gracias a los libros, cuando nos sumergimos en ellos y descubrimos los semejanzas por debajo de la frondosa variedad", señaló el Nobel. "La humanidad es una sola y compartida", remató.

"Para qué invetaríamos otros mundos si con este nos bastará. Salir de un libro es abandonar lo perfecto para observar lo imperfecto, para observar el mundo con preocupación", graficó el escritor para indicar los aportes de la literatura a las maneras críticas de observar la realidad.

En ese sentido, Vargas Llosa apuntó: "Es por eso que los libros presentaron el recelo de los que se creen dueños de las verdades absolutas, de los dogmáticos y fanáticos". Y puso como ejemplo el período de la Inquisición y lo fechó con los tres siglos de colonialismo español en el que el género de la novela estuvo prohibido. En ese andar, crítico las etapas de la historia en la que los libros fueron quemados y prohibidos apuntandos contra todos los totalitarismos "nazismo, fascismo y comunismo".

Así, celebró la relación entre "la ciudad y los libros" que halló la primera vez que visitó Buenos Aires y aseguró: "Solo advertí antes en París". Una ciudad "de cafés literarios, escribidores y lectores", resumió. En ese gesto de admiración también destacó a Borges como "el más grande escritor de nuestros tiempos".

Pocos minutos antes de dirigirse al predio ferial de la Rural, el escritor peruano participó de un acto homenaje con el secretario de Cultura porteño, Hernán Lombardi, en el que se lo reconoció como "huésped de honor" de la Ciudad y como anticipo de lo que sería su esperada alocución, repitió su "amor a la libertad" y deseo de que "los principios diferentes puedan coexistir sin desencadenar encono y violencia".