Mientras la resistencia de las fuerzas leales disminuye gradualmente, pese a que algunos francotiradores continúan disparando contra los insurgentes, fuentes de la oposición aseguraron que "en un par de días" la sede general del CNT será transferido de Bengasi a Trípoli.

Un grupo de rebeldes que logró entrar en Bab al Aziziya decapitaron el monumento símbolo del "rais" libio y pisotearon la cabeza de la estatua para mostrarla ante cámaras de televisión. Además, se adueñaron de objetos personales del coronel, como su célebre gorra militar, así como de municiones, pistolas, fusiles y ametralladoras.

Según los primeros periodistas que entraron en el complejo, en el lugar había numerosos cadáveres abandonados -aparentemente de soldados de Khadafi- así como muchos heridos de ambos bandos. Fuentes rebeldes habían reportado que en el bunker no existían rastros ni de Khadafi ni de su familia.

El coordinador del CNT en Gran Bretaña, Guma El-Gamaty, había descartado una huída del coronel al exterior. "No pensamos que haya dejado el país. Creemos que está aún en Libia, en Trípoli o cerca de Trípoli", declaró a la BBC de Londres. "Antes o después lo hallaremos, quizás vivo y lo arrestaremos. Pero si resiste, lo mataremos", advirtió.

Por su lado, el representante de la oposición ante Naciones Unidas aseguró que los rebeldes "jóvenes e inexpertos, y embargados por la emoción", dejaron escapar a dos hijos de Khadafi (Saif al Islam y Mohammed). Mientras, a más de 500 kilómetros al este de la capital, los opositores se aseguraron el control de la ciudad petrolera de Brega.

Otras fuentes también aseguraron la "toma" de Ras Lanuf, en el Golfo de Sirte, que desde hacía meses era disputada entre las tropas de Khadafi y la oposición: "Hemos ocupado Ras Lanuf, y ellos se escaparon hasta el Valle Rojo", en dirección de la ciudad de Sirte, confirmó el portavoz de los rebeldes, Mohammad Zawiwa.

En Ras Lanuf se encuentran una de las mayores refinerías del país, creada en 1984 y capaz de producir 220 mil barriles al día crudo. Para los rebeldes opositores, ahora se abre el camino que conduce a Sirte, ciudad natal de Khadafi y uno de los símbolos de su poder.

El coronel Ahmed Bani, otro de los portavoces de los opositores, dijo que "negociaban" para entrar a Sirte "sin combatir". También indicó a la televisión Al Arabiya que los rebeldes opositores mantienen una "batalla feroz" contra las tropas de Khadafi por el control de Sabha, a 400 kilómetros al sur de Trípoli, que -precisó Bani- es la "última fortaleza del tirano". A su juicio, los combatientes de Khadafi son mercenarios provenientes de países extranjeros: "Pero nosotros -destacó- estamos en condiciones de terminar y vencer la batalla como ya lo hicimos en Bengasi, Misurata y Trípoli".

El coronel canadiense Roland Lavoie, al mando de las operaciones generales de la OTAN, desde Nápoles, al sur de Italia, afirmó que "esta misión no ha terminado y el mandato de la ONU sigue vigente y la OTAN permanece expectante". Advirtió además que "no hay nadie que pueda pronosticar exactamente cuándo las fuerzas de Khadafi depondrán sus armas. Solamente lo harán cuando haya una solución política al conflicto".

Mientras tanto, el hijo del coronel, Al Islam, afirmó que "estoy aquí para desmentir las falacias acerca de nuestra detención", y agregó que "la Corte Penal Internacional puede irse al infierno. Vamos a romper la espalda a los rebeldes". "Estamos aquí. Este es nuestro país. Esta es nuestra gente, aquí vivimos, y aquí morimos. Y vamos a ganar, porque la gente está con nosotros. Por eso vamos a ganar".