Schoklender había salido a cuestionar públicamente el accionar del juez al calificarlo de "muñequito" del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Por este tema, el magistrado reconoció su molestia y admitió que el imputado protagonizó escenas de violencia en su despacho.

Oyarbide dijo que el caso es "un tema muy complejo", precisó que la causa tiene "70 cuerpos de actuación y 200 folios", y destacó que los equipos de especialistas trabajan "doce horas por día" para encontrar pruebas y ayudar a determinar responsabilidades.

También reconoció que "la gente tiene una ansiedad muy importante, que hay que respetar, atender y escuchar", pero advirtió que para citar a presuntos involucrados tiene que tener "el hecho correctamente afianzado y descubierto". Para él, “esta causa se va a convertir en una megacausa de justicia federal, como Medicamentos o Triple A", que también están en su órbita.