Lunes, 12 de septiembre de 2011 | Hoy
19:41 › LOS ECOLOGISTAS EXIGEN "INFORMACIóN VERAZ E INMEDIATA"
Seis meses después del accidente en la central japonesa de Fukushima, el estallido de un horno de reciclado de desechos de baja radiactividad en la planta Centraco de Codolet (Marcoule), al sur del país, provocó un muerto y cuatro heridos. Electricité de France (EDF), el grupo propietario de la central, calificó la explosión de "accidente industrial, no accidente nuclear".
"No hubo ninguna fuga química o radiactiva. No hay riesgo de fugas futuras. El local donde se encuentra el horno está íntegro. Ambos hornos de la instalación fueron apagados", afirmó EDF. "El horno, puesto en servicio en 1999, funde escorias metálicas débilmente radiactivas y metales no ferrosos por inducción. Los últimos desechos, en forma de lingotes, ocupan un volumen diez veces inferior a los metales iniciales", precisó.
Inmediatamente después del incidente -ocurrido poco antes del mediodía local y dado por concluido a las 16- la Autoridad para la Seguridad Nuclear (ASN) activó una célula de emergencia. "No hubo necesidad de ninguna medida de aislamiento o evacuación" de los trabajadores del sitio, precisó el Ministerio del Interior. No se adoptaron medidas de seguridad para los alrededores de la central, donde el aire está siendo controlado en forma permanente y no se registran variaciones de radiactividad.
Al anunciar el fin del incidente, ASN precisó que el incidente "no implica consecuencias de naturaleza radiológica ni acciones de protección de la población". Las personas heridas tienen quemaduras profundas pero "no fueron contaminadas".
Cecile Duflot, secretaria nacional del partido ambientalista francés Europe Ecologie-Les Verts, pidió al gobierno de París "la mayor transparencia, en tiempo real, sobre la situación y las consecuencias ambientales y sanitarias" del incidente. Por su parte, la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) pidió informaciones a Francia sobre la explosión, dijo el director general de la entidad, Yukiya Amano, durante una conferencia de prensa en Viena.
También la organización ecologista Greenpeace exigió "transparencia total e inmediata" acerca de la explosión. "Es indispensable que las poblaciones locales sean informadas en tiempo real", reclamó a través de en un comunicado, Yannick Rousselet, de Greenpeace France. El sitio, denunció Greenpeace, no está incluido en las inspecciones a las instalaciones nucleares europeas (stress test) pedidas por el gobierno francés, ni en las efectuadas por la Autoridad de Seguridad Nuclear europea. "Esto demuestra que Francia no aprendió ninguna lección del accidente nuclear japonés de Fukushima", agregó Rousselet.
Por su parte la Comisión Europea dijo que "controlará la situación de cerca, junto con las autoridades nacionales". Precisó que no se refirió "ninguna fuga de radiaciones" y el Instituto Nacional de Investigación y Seguridad, así como el operador de la planta, están efectuando controles de radiactividad en las cercanías". Bruselas precisó que la planta no fue sometida a los "stress test" de seguridad que realiza la Unión Europea porque se ocupa solo de desechos radiactivos de bajo nivel de radiaciones.
Por la cercanía geográfica la explosión causó preocupación también en Italia, donde expertos de la Asociación de Energía Atómica (ENEA) dijeron sin embargo que fue "un incidente convencional, no nuclear", ya que no hay ningún reactor nuclear activo en el sitio de Marcoule.
Las tres centrales construidas en Marcoule entre 1955 y 1960 están en desuso desde hace tiempo. La última fue cerrada en 1984. Desde 1970 el sitio de Marcoule es usado sobre todo con fines de investigación y para el tratamiento tanto del combustible nuclear como de los materiales en contacto con ambientes contaminados.
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