El CSFA mediante un comunicado llamó "urgentemente a todas las fuerzas políticas y nacionales al diálogo para examinar las causas que han agravado la crisis actual y los medios para salir de ella cuanto antes con el fin de preservar la paz nacional", después de tres días de enfrentamientos mortíferos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que permanecen en la plaza Tahrir.

En escenas que rememoran los 18 días de protestas que derrocaron en febrero a Hosni Mubarak después de tres décadas en el poder, el fin de semana cientos de jóvenes corearon "el pueblo quiere derrocar al régimen" en el centro de El Cairo, mientras huían de la policía antidisturbios. Las protestas y enfrentamientos arrancaron el viernes con una manifestación contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que controla temporalmente el país desde el derrocamiento de Mubarak.

Según informaron testigos de la zona, la policía volvió a lanzar gases lacrimógenos para dispersar a los opositores a la Junta Militar que resisten en la plaza. Las imágenes de televisión muestran a varios cientos de personas repartidas entre el centro y los alrededores de Tahrir, una presencia mucho menor que la que sacudió el centro de El Cairo este fin de semana.

A una semana de las elecciones parlamentarias -28 de noviembre próximo-, los partidos islamistas organizaron la protesta del viernes, pero posteriormente se retiraron. Sin embargo, siguieron manifestándose sobre todo jóvenes, quienes reclaman un traspaso más rápido del poder a los civiles y aseguran que se quedarán en la plaza hasta que se cumplan con sus exigencias. Si si se cumplen las previsiones,, los comicios durarán hasta enero y luego deberá formarse una Asamblea constituyente que redacte la futura Carta Magna.

Los enfrentamientos desatados en El Cairo llevaron a partidos que concurren a las urnas a suspender la campaña electoral. Junto a la permanencia en el poder de la Junta Militar y sin fecha para las elecciones presidenciales, las diferentes fuerzas políticas, denunciaron el intento del Ejército de imponer principios supraconstitucionales que deberán ser aceptados por la comisión que redacte la Constitución tras la elección del Parlamento.