El juez también ordenó el examen psiquiátrico de Tomaselli, el cotejo de ADN entre la víctima y las manchas de sangre en la ropa del acusado, y las pericias en el teléfono celular que usaban él y ella en busca de llamadas y mensajes SMS. Ayer el acusado se negó a declarar ante la Justicia de General Pico, La Pampa, y mientras se retiraba de los tribunales afirmó: “Por algo la maté”.

Esta tarde, la madre de Tomaselli relató parte de la escena en que su hijo mató a puñaladas a Carla y resaltó que, incluso delante suyo y de su hijo, de 3 años, la siguió apuñalando, tras lo cual "salió de su pieza cantando, con el nene 'a upa' todo manchado de sangre".

Tomaselli estuvo preso por violar a su esposa y luego fue liberado gracias al "perdón" que ella misma le concedió casándose con él. Cuatro jueces y dos fiscales advirtieron con argumentos contundentes que Carla Figueroa no estaba en condiciones de dar un consentimiento “libre y pleno” para solicitar el avenimiento y liberar así a su victimario. El agresor terminó asesinándola el sábado, apenas ocho días después de obtener ese polémico beneficio y salir de la cárcel, con la venia de dos magistrados del Tribunal de Impugnación de La Pampa.

Uno de los dos jueces que autorizó su excarcelación, Gustavo Jensen, expresó: “Los jueces somos seres humanos y nos equivocamos”. El fiscal general Carlos Salinas no estuvo de acuerdo. “Los sistemas fallan en las personas que los aplican”, dijo mientras diputados provinciales anunciaban que pedirán juicio político a los dos funcionarios judiciales que pusieron en libertad a Tomaselli.