No obstante, en el texto firmado por los mandatarios de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia se advirtió que “la recuperación de la economía mundial muestra signos alentadores, pero persisten los vientos en contra", para lo cual propusieron una serie de medidas:

* Eurozona: "Estamos de acuerdo sobre la importancia de tener una zona euro fuerte y unida para la estabilidad de la recuperación (económica) mundial y expresamos nuestro interés en que Grecia permanezca en la zona euro y que respete sus compromisos", dijeron, en momentos que se especula sobre la salida de Grecia de la unión monetaria.

* Lucha contra los déficit: "Nos comprometemos a la responsabilidad presupuestaria y, en este contexto, apoyamos las políticas de consolidación fiscal duraderas e inteligentes que tomen en cuenta la situación económica del país".

* Contra el proteccionismo: "Destacamos la importancia de los mercados abiertos y de un sistema comercial equitativo, robusto y basado en reglas" y "vamos a respetar nuestro compromiso de abstenernos de caer en medidas proteccionistas", afirmaron sin referirse a las medidas que ellos mismos aplican para las importaciones.

* Impulso del crecimiento y de la economía: "Nuestro imperativo es impulsar el crecimiento y el empleo", declararon y se mostraron “determinados a tomar todas las medidas necesarias para reforzar y reimpulsar nuestras economías" y "celebramos las discusiones que se desarrollan en Europa con respecto a la forma de alentar el crecimiento". Pero, en un reflejo de sus diferencias de estrategia, los líderes reconocieron también que "las medidas necesarias (para impulsar el crecimiento y abatir el déficit) no son las mismas para cada uno de ellos". "Para aumentar la productividad y el potencial de crecimiento de nuestras economías, respaldamos las reformas estructurales, al igual que las inversiones en educación y en modernas infraestructuras", para lo cual destacaron que este tipo de iniciativas pueden estar financiadas por "mecanismos variados", incluyendo al sector privado.

"El mensaje que quise transmitir (...) era el deseo de que Grecia permanezca en la zona euro, cumpla con sus compromisos, pero que sea apoyada, acompañada por Europa para estimular su crecimiento. El comunicado dará cuenta de este razonamiento", declaró Francoise Hollande, quien reveló que, en lo relativo a Grecia, subsistía una "duda" respecto a las elecciones previstas para el 17 de junio como consecuencia del bloqueo político que siguió a la consulta del 6 de mayo, en la que ningún partido obtuvo las mayorías necesarias para asegurar la permanencia del país en la zona euro.

Por otra parte, dijo haber expresado su voluntad de que "la cuestión de la recapitalización de los bancos, no sólo españoles, sea evocada". "Pero no hubo mención a esta discusión en el comunicado final en función de que no es un asunto propio de la cumbre ni del G-8", explicó Hollande.

Lo que sí prometieron los líderes es que asegurarán que los mercados petroleros estén provistos de forma "completa y oportuna" para garantizar que, pese a las nuevas sanciones comerciales contra el crudo iraní, los precios de la energía se mantengan estables. "Teniendo en cuenta la probabilidad de nuevos recortes de los suministros de petróleo y el aumento previsto para la demanda del próximo mes, estamos vigilando de cerca la situación y estamos listos a instar a la Agencia Internacional de Energía a tomar las medidas necesarias con el fin de asegurar que el mercado esté bien aprovisionado", indicaron los dirigentes en un comunicado difundido tras la cumbre.

El comunicado no menciona específicamente una próxima liberación de las reservas estratégicas de petróleo, pero claramente constituyó una fuerte amenaza contra Irán sobre que el embargo impuesto por la Unión Europea a sus exportaciones de crudo a partir del 1 de julio será aplicado con rigor.