"Cuando los ojos, los oídos, el alma y los corazones del mundo están volcados hacia esta ciudad, tenemos plena conciencia de que el futuro de las próximas generaciones aguarda nuestras decisiones", apuntó Dilma en la apertura del encuentro.

Respecto del documento que será revisado por los jefes de Estado y rubricado el viernes, Rousseff subrayó que reafirma los principios adoptados en la Cumbre de la Tierra de Río 1992, incluso el de "las responsabilidades comunes pero diferenciadas" entre países desarrollados y en desarrollo. "Este principio fundamental ha sido muchas veces rehusado en la práctica. Sin él, no hay consenso posible en la construcción de un mundo más justo", apuntó.

Según la presidenta anfitriona, el texto aprobado resultó "de un gran esfuerzo de conciliación para avanzar concretamente rumbo al futuro que queremos", y destacó a la erradicación de la pobreza "como el más grande desafío global que enfrenta el mundo".

Además, defendió la decisión de lanzar un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de crear un foro de alto nivel para seguir su implementación y "coordinar esfuerzos", así como fortalecer el Programa de las Naciones Unidas para Medio Ambiente y establecer un programa de diez años para adoptar un modelo sostenible de producción y consumo.

La mandataria agregó que el documento además sienta las bases para crear un nuevo índice de medición de los niveles de desarrollo, basado no sólo en la producción económica, sino también en criterios sociales y ambientales, y promete medidas para proteger la biodiversidad en aguas oceánicas fuera de las jurisdicciones nacionales.