Domingo, 25 de noviembre de 2012 | Hoy
17:58 › PROTESTAS EN CONTRA Y A FAVOR DEL PRESIDENTE MURSI
Egipto vivió otra jornada de violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes que protestan contra el decreto que otorga facultades extraordinarias al presidente Mohamed Mursi. La Hermandad Musulmana convocó a una manifestación a nivel nacional para respaldar al mandatario. El premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei, afirmó que teme una "escalada de violencia incontrolable" y consideró que Mursi está encaminando al país hacia una dictadura.
En las inmediaciones de la emblemática Plaza Tahrir, cerca del Consejo de la Shura -la Cámara Alta del Parlamento egipcio-, las fuerzas de seguridad levantaron un muro de hormigón para impedir a los manifestantes llegar hasta las sedes del Gobierno y de la Asamblea Popular, la Cámara Baja.
Antes, manifestantes concentrados cerca de la Universidad Americana de El Cairo se enfrentaron con piedras y palos a las fuerzas de seguridad, que respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma, según denunciaron manifestantes citados por la agencia EFE.
Los gases alcanzaron la simbólica plaza donde centenares de manifestantes gritaban lemas como "abajo el régimen" y "abajo el poder del guía espiritual", en referencia al líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badia, organización en la que militaba Mursi antes de convertirse en presidente. De acuerdo con el Ministerio de Salud, 57 personas resultaron heridas entre ayer y hoy en las protestas.
La Hermandad Musulmana convocó para hoy una manifestación a nivel nacional de solidaridad con Mursi, lo que hace prever que la tensión no dará tregua en las próximas horas, mientras Badia convocó otra marcha de apoyo al presidente para el próximo martes. "Una aplastante mayoría del pueblo egipcio ha saludado las decisiones del presidente de la república", dijo Badia.
Las manifestaciones, que comenzaron el pasado lunes con una marcha para recordar a 45 manifestantes que murieron en 2011, en el marco de la llamada Primavera Árabe, se agudizaron el jueves con el decreto presidencial que refuerza el poder de Mursi y declara todas sus resoluciones "inapelables y definitivas".
La decisión presidencial fue calificada como una "agresión sin precedentes contra la independencia del Poder Judicial" por el Consejo Supremo de Justicia de Egipto, mientras crece una rebelión judicial en varias ciudades -entre ellas Alejandría- donde se declaró una huelga indefinida de magistrados que amenaza paralizar el sistema judicial del país.
Mursi insistió hoy en que el decreto es temporal y no pretende concentrar poderes, al tiempo que hizo un llamamiento a las distintas fuerzas políticas para lograr un consenso en la Constitución.
La pugna entre islamistas y jueces es de larga data y se inició en abril pasado, con la disolución de la Asamblea Constituyente que, como el Parlamento, estaba dominada por las corrientes islamistas. El legislativo volvió a escoger de forma inmediata un nuevo comité un poco más equilibrado, aunque aún con una clara mayoría de los Hermanos Musulmanes y grupos salafistas.
Hoy, el premio Nobel de la Paz, Mohamed el Baradei, dijo que teme una "escalada de violencia incontrolable" y consideró que Mursi está encaminando al país hacia una dictadura. "Acaparó todo el poder. Ni siquiera los faraones tenían tantas competencias, por no hablar de su antecesor Hosni Mubarak".
"Si las fuerzas moderadas dejan de tener influencia, existe el peligro de una guerra civil", alertó El Baradei en una entrevista publicada hoy en el semanario alemán Der Spiegel. Para el egipcio la decisión presidencial "es una catástrofe, una burla a la revolución a la que (Mursi) debe su cargo y algo que hace temer lo peor".
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