Salehi defendió la iniciativa al sostener que el uso del programa nuclear iraní -puesto en tela de juicio por Estados Unidos e Israel y sus aliados en la comunidad internacional- será de uso comercial y civil. En este contexto, a horas de haber asumido la Presidencia, Rohani se había manifestado "pesimista" frente a la posibilidad de que los organismos internacionales dejen de sospechar que Irán utilizará la energía con fines militares.

En este sentido enfatizó que "como presidente, anuncio que la República Islámica de Irán cuenta con la voluntad política suficiente como para solucionar la cuestión y a la vez preservar los derechos del pueblo iraní".