Lunes, 11 de noviembre de 2013 | Hoy
16:36 › EL PASO DE "HAIYAN"
A tres días del devastador paso de un tifón de grado 5 por el centro y este del país, el presidente, Benigno Aquino, declaró el estado de emergencia nacional para poder controlar los precios de los bienes y servicios básicos y liberar fondos públicos con mayor rapidez. "En los próximos días les aseguro que la ayuda llegará más rápido", prometió en un discurso televisado.
"Llamo a los ciudadanos a mantener la calma, a orar, cooperar y ayudarse unos a otros. Es la única forma en que nos sobrepondremos a esta tragedia", solicitó el mandatario, que aseguró que destinará 25 millones de dólares para crear fondos de ayuda.
Hasta el momento la Agencia Nacional de Gestión de Desastres ha confirmado la muerte de 1.774 personas en el este de Filipinas y más de 2 mil han resultado heridas y al menos 82 permanecen desaparecidas. Mientras, más de 9 millones se han visto afectados por el tifón, incluyendo las más de 600 mil personas que fueron desplazadas de sus hogares.
El aeropuerto de la ciudad de Tacloban, una de las más afectadas, se encuentra sitiado por cientos de personas que esperan recibir alimentos y agua. Los primeros vuelos trajeron médicos que establecieron en la terminal un centro de atención de emergencia. Miles de toneladas de ayuda van de camino pero la distribución es complicada porque las calles están bloqueadas por escombros de varios metros de altura.
Los testigos hablan de un hedor insoportable por los cadáveres en descomposición y las autoridades locales están preparando fosas comunes para enterrarlos. Por su parte, la policía anunció duras acciones contra quienes cometan delitos.
"La gente dice que la situación obliga a las personas a acciones desesperadas", indicó el portavoz policial Reuben Sindac y agregó que "tenemos comprensión, pero no podemos aceptar la anarquía".
"Puede que no podamos comprender la situación de todos los afectados por el tifón pero esa no es excusa para actuar con violencia y llevar a cabo crímenes", agregó en una entrevista a la radio DZMM.
Se teme que miles de personas hayan muerto en Leyte y en la vecina isla de Samar. La policía y los rescatistas confirmaron que al menos 552 personas murieron, la mayoría ahogadas por olas parecidas a las de un tsunami ocurrido en 2004.
Desde diversas partes del mundo se ofreció ayuda. Australia se comprometió a donar 10 millones de dólares australianos (9,4 millones de dólares estadounidenses/unos siete millones de euros), indicó la ministra de Relaciones Exteriores, Julie Bishop. Un equipo médico saldrá el miércoles en un transporte militar dede Darwin, añadió.
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