Viernes, 6 de diciembre de 2013 | Hoy
14:08 › SUDáFRICA
Mientras cientos de personas despiden al fallecido exmandatario sudafricano bailando en las calles del barrio Houghton, donde vivía "Madiba"; el presidente Jacob Zuma anunció que el próximo domingo será un día de luto y reflexión como antesala del funeral de Estado que se realizará el 10 de diciembre en el principal estadio de Johannesburgo. Mientras que el 15 de diciembre, los restos del Nobel de la Paz serán enterrados en Qunu, lugar donde pasó su infancia y donde están los restos de su familia.
El cuerpo de Mandela fue trasladado esta mañana de su casa en Houghton al hospital militar de Pretoria, ante un fuerte despliegue policial. En todo el país las banderas ondean a media asta mientras la muerte del premio Nobel de la Paz ocupa todo el tiempo de las emisiones de radio y televisión, acompañadas por música de los años 80. Muchos sudafricanos fueron hoy a trabajar llevando un crespón negro en señal de luto.
Las muestras de luto y llanto se unieron a las celebraciones por su vida: ante la casa de Mandela cientos de personas se congregaron en la noche del jueves de forma espontánea, cantando, bailando y encendiendo velas y llevando imágenes de Mandela o la bandera sudafricana. Algunos liberaron palomas blancas.
El presidente sudafricano, Jacob Zuma, también acudió a la vivienda, así como antiguos compañeros de Mandela, como Andrew Mlangeni, juzgado junto a Mandela, o el opositor Mosiuoa Lekota.
Los sudafricanos también se congregaron ante su vivienda de Vilakazi Street en Soweto, donde vivía con su ex mujer Winnie Mandela. "Para mí era como Jesucristo. Pero también estaba al nivel de la gente", dijo uno de sus antiguos vecinos a la radio local Cape Talk.
El exarzobispo de Ciudad del Cabo Desmond Tutu alabó hoy al que fuera su compañero en la lucha contra el sistema de segregación racial del Apartheid durante una misa celebrada en la catedral anglicana de San Jorge en la capital sudafricana. "El país ha perdido a su padre", señaló. A la celebración acudieron cientos de personas que rezaron por el amado héroe nacional y su familia.
El presidente sudafricano Zuma, el encargado de anunciar la muerte de Mandela en la noche de jueves, recordó los valores de la unidad nacional que defendió Mandela, "el padre de la nación" y alabó su visión de una Sudáfrica unida, democrática y floreciente sin cabida para el racismo o el sexismo. "Cumplamos su visión, que era la de una sociedad en la que nadie fuera explotado y reprimido".
También la líder de la oposición, Helen Zille, llamó a los sudafricanos a trabajar por la idea de libertad y unidad que promovió el Nobel de la Paz. "Todos somos de la familia sudafricana y por eso le pertenecemos también a Madiba". Mandela, dijo, fue "el mayor sudafricano que vivió nunca".
La alcaldesa de Ciudad del Cabo, Patricia de Lille, rompió a llorar y no pudo terminar su discurso ante los periodistas. "El dolor de dejarlo ir es demasiado", señaló.
Los líderes del movimiento libertario y actual partido gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA) hablaron de Mandela como "la encarnación de la humildad, la igualdad, la justicia, la paz y la esperanza de millones de personas, en el país y el extranjero". "Sigue viviendo en cada uno de ustedes y en sus casas, porque nos dio su vida a todos nosotros".
También el adversario de Nelson Mandela durante la era del Apartheid y su antecesor en la presidencia, Frederik Willem de Klerk, convertido después en su compañero de transición, dijo que trabajar con Mandela fue un honor, mientras numerosos políticos, partidos, sindicatos y organizaciones de toda Sudáfrica alabaron su trabajo.
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