En declaraciones radiales, el titular de la Unión Obrera Metalúrgica sostuvo, además, que la central obrera que encabeza y los gremios industriales no adhieren a la medida de fuerza porque "no están dadas las circunstancias para hacer un paro general". Consultado acerca de las descalificaciones que se le formulan, Caló consideró "lamentable" la actitud de Moyano y Barrionuevo: "Yo jamás hablé mal de otro compañero. La verdad es que no los entiendo. Nosotros los dirigentes gremiales tenemos que tener códigos (...) respetar a los trabajadores que eligieron a sus conducciones".

Sin descartar tratativas futuras para la unificación de la centrales obreras, Caló subrayó que el cese de los ataques personales es condición previa. "Pueden estar enojados con el Gobierno porque no consiguen el aumento que quieren, pero no con otro compañero. ¿Yo qué culpa tengo?", se preguntó.

Acerca de las paritarias consideró que "de nada vale conseguir el 50 por ciento de aumento si los empresarios empiezan a despedir". Ante otra consulta sobre la jubilación mínima y el impuesto a las ganancias, respondió que "hay muchas cosas que no me parecen justas, pero hay que saber negociar. Con el paro por el paro no se hace nada".

"El dirigente que es inteligente trae (el tema) a la mesa de negociación y lo saca en la mesa de negociación. El paro es lo último que le queda al dirigente gremial cuando ya no tiene más salida", argumentó Caló, quien recordó los 13 paros que la CGT hizo contra el gobierno de Raúl Alfonsín: "Y así nos fue como país", concluyó.