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"Le hicimos esta mañana una denuncia penal a la razón social en el Juzgado N° 9 por cuatro meses de sueldos adeudados y la no realización de aportes patronales desde hace cuatro años", dijo Luciano García, uno de los 14 trabajadores que permanecen dentro del local ubicado en Montevideo 355, en pleno centro.

García comentó además que no tienen aún novedades sobre el desalojo dispuesto por el juez Pablo Torterolo, titular del Juzgado Civil Nacional 63, que se había suspendido ayer por 24 horas. "Hoy tomamos conocimiento de que el oficial de justicia Roberto Saravia tiene en su poder el mandamiento con el cual puede desalojarnos sin pasar por el juez; pedimos que lo devuelva para que esto sea más transparente", apuntó en declacariones a la agencia Télam.

El legislador José Cruz Campagnoli (FPV) consideró que "Saravia debería devolverle la orden al juez. Nos genera mucha preocupación no saber por qué no lo hace, el podría devolverla para que el juez defina". "La sentencia de desalojo es de mayo de 2013, pero se fue posponiendo por un acuerdo entre los dueños del inmueble y la familia Costa, es decir la firma. Nos genera miedo y sospechas que Saravia, quien tenía la orden en su poder en ese tiempo, no la devuelva, porque no sabemos qué puede hacer", añadió.

Campagnoli sostuvo también que "el tema del acercamiento con los dueños está mejor, porque Eladio González, el único de los cuatro que no quiere firmar, prometió reunirse con nosotros". "González prometió que se iba a reunir con nosotros y los otros dueños para ver si se puede armar un acuerdo y un contrato de alquiler con adelanto de seis meses; está más accesible", concluyó.

Los trabajadores llevan adelante una protesta desde el 24 de abril tras denunciar que los dueños les deben cuatro meses de sueldo y acusarlos de intentar realizar un "vaciamiento" para abrir otro restaurante. El viernes a las 18 realizarán un nuevo festival solidario en la puerta del local, que contará con música, danza y el apoyo de legisladores porteños y representantes de otras cooperativas, como la del restaurante Alé Alé.