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El jefe de gobierno de Ucrania, Arseni Yatseniuk anunció que una delegación del gobierno viajará a países de la Unión Europea para sondear el suministro de gas a Ucrania desde Occidente. Así se cubriría "gran parte" de la demanda de la exrepública soviética. Pero el titular de la estatal gasista ucraniana Naftogaz, Andrei Kobolev, reconoció que otra de las alternativas es que, en septiembre, a más tardar, queremos llevar a cabo las primeras importaciones a través de conductos eslovacos".

"El gremio debe vigilar nuestros recursos", explicó Yatseniuk, quien volvió a acusar a Rusia de haber cortado el suministro por motivos políticos y no por la deuda millonaria que Kiev tiene con Gazprom. "Estábamos dispuestos a pagar inmediatamente 1000 millones de dólares de la suma pendiente, pero Rusia no aprobó ese compromiso", aseguró.

Moscú había advertido que Kiev sólo podría frenar el corte de abastecimiento si transfería 1.950 millones de dólares. Ambos países no lograron ponerse de acuerdo sobre el precio del gas que debe pagar Ucrania después de que Rusia cancelase las rebajas que le aplicaba durante el gobierno de Yanukovich.

La vocera de Energía de la Comisión Europea, Sabine Berger, declaró que "el flujo inverso desde Eslovaquia hacia Ucrania es perfectamente legal" y añadió que, antes de esperar a septiembre, "es posible para Ucrania comprar ahora gas de Hungría y Polonia".

Sin embargo, estas decisiones, así como el precio que se imponga por este gas a Ucrania es algo que deberán decidir las compañías gasístas implicadas, puesto que la CE solo desempeña el papel de mediadora en este tipo de acuerdos. Ucrania necesita para suministro propio 50 mil millones de metros cúbicos de gas al año, de los que 30 mil millones proceden de Rusia y otros 20 mil millones son de producción propia.