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Pese a que el volcán se mantiene activo los pobladores continúan con la limpieza de sus casas y cuentan con la ayuda del ejército", explicó Alejandro Berges, director regional de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) para la región de Los Lagos.

A diferencia de las dos primeras erupciones, las cenizas expulsadas por la tercera "son mucho menos densas: la primera era casi arena y piedras y esta es más polvo", agregó el funcionario.

El gigante macizo ubicado a unos 1.300 kilómetros al sur de Santiago, que sorprendió con dos violentas erupciones la semana pasada y otra de menor intensidad el jueves, amaneció este sábado tapado por nubes bajas, confirmaron a la AFP habitantes de Puerto Montt y Puerto Varas.

En su último reporte, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) informó que "el sistema volcánico aún permanece en una fase inestable con probabilidad de evolucionar hacia condiciones que favorezcan una reactivación de la actividad eruptiva".

Ante este escenario, el gobierno chileno mantuvo la alerta roja en la región de Los Lagos -decretada tras la primera erupción- y la alerta sanitaria para todas las localidades en 20 kilómetros en torno al cráter del volcán, que forman la zona de exclusión, manteniendo a 6.685 personas fuera de sus hogares.

Ahora la preocupación se centra en el pronóstico meteorológico, que prevé lluvias aisladas para esta tarde y los próximos días en los alrededores del volcán, ya que "material piroclástico inestable acumulado en la parte superior del volcán, en sus laderas y zonas aledañas, podría ser removilizado por lluvia", señala el informe de Onemi.