Viernes, 19 de febrero de 2016 | Hoy
20:18 › EL PODER ES MáS FUERTE
El líder socialista Pedro Sánchez aceptó reunirse con los partidos Podemos, Izquierda Unida (IU) y Compromís, para buscar un acuerdo de investidura con la izquierda, cuando sólo le quedan 12 días para cosechar los apoyos necesarios para su elección al frente del Ejecutivo español.
La confirmación del encuentro -aún sin fecha- entre los líderes de los partidos de izquierda es un paso significativo después de que el presidente en funciones, el conservador Mariano Rajoy, chicaneara a Sánchez asegurando, desde Bruselas, que "lo más probable" era que España volviera a celebrar elecciones el 26 de junio.
La mesa de negociaciones a "cuatro bandas" fue una propuesta del dirigente de IU, Alberto Garzón, que oficia como mediador entre Sánchez y Pablo Iglesias, el líder de Podemos, quien se opone a negociar otra cosa que no sea la conformación de un gobierno de coalición de las formaciones de izquierda con él como vicepresidente. Será el primer encuentro entre ambos dirigentes para negociar cara a cara, lo que podría desbloquear las negociaciones.
El lunes pasado, Iglesias presentó un programa de gobierno detallado, con propuestas, para abordar directamente con Sánchez, pero éste se mantuvo firme en su decisión de mantener múltiples negociaciones con distintos partidos para lograr apoyos a su elección sobre la base de un documento elaborado por el Partido Socialista (PSOE).
Los equipos negociadores del secretario general del PSOE avanzaron y están cerca de cerrar un acuerdo con los liberales de Ciudadanos, Coalición Canarias, IU, Compromís y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), aunque dichos apoyos no le garantizan la elección al frente del Ejecutivo. Es por eso que Garzón envió ayer una carta al PSOE, Podemos y los valencianos de Compromís para impulsar la reunión para "explorar todas las vías posibles para conformar un gobierno alternativo" al conservador Partido Popular (PP) de Rajoy.
"Te confirmo nuestra disposición a participar en la reunión de trabajo con representantes de Podemos, IU-UP y Compromís, de cara a pactar un programa para la investidura, que proyecte en la legislatura la acción de un gobierno progresista y reformista", le respondió Sánchez hoy a Garzón, también por escrito. "Vamos a trabajar hasta último momento para hacer a Pedro Sánchez presidente de un gobierno progresista", afirmó, por su parte, Iglesias, antes de aceptar la propuesta de Garzón.
Sin embargo, las palabras del líder socialista confirman que su intención sigue siendo hablar sobre un programa y no de la formación de un gobierno de coalición. El líder del PSOE, la segunda fuerza política más votada y con 90 diputados, ha dejado más o menos claro que prefiere gobernar en solitario aunque no se cierra a un gobierno de coalición.
Sánchez no quiere que su futuro quede condicionado por un pacto exclusivo con Podemos, la cuarta fuerza política del Parlamento, con 69 escaños. Además, la fuerza que se opone al ajuste exige como "imprescindible" un referéndum sobre la secesión de Cataluña, algo que el PSOE rechaza de forma "definitiva".
Su intensión, como remarcó en reiteradas ocasiones, es sumar el apoyo tanto del partido de Iglesias como el del liberal Albert Rivera (40 diputados), aunque las dos nuevas fuerzas políticas insisten que son incompatibles.
La diferencia es que Rivera está dispuesto a facilitar la investidura de Sánchez si el PSOE gobierna en minoría mientras Iglesias dice que sólo lo hará si forma parte del gobierno, puesto que considera que los socialistas no pueden pretender gobernar con 90 diputados.
Sánchez aceptó el encargo del rey Felipe VI de formar gobierno el 2 de febrero pasado después de que Rajoy declinara la primera oferta por falta de apoyos para ser reelegido, pese a que ganó los comicios celebrados hace dos meses.
Su primera fecha límite es el 2 de marzo, ya que ese día será la sesión de investidura en la que tendrá que presentar su programa de gobierno y pedir el apoyo de los otros partidos. Al día siguiente, se producirá la primera votación, que deberá superar por mayoría absoluta. En caso de que esto no ocurra, los diputados españoles volverán a votar dos días después.
En una conversación informal en Bruselas con el primer ministro británico, David Cameron, Rajoy dijo: "Tenemos sesión de investidura en marzo y creo que no va a salir. Lo más probable es que tengamos nuevas elecciones el 26 de junio", según registraron los micrófonos abiertos que los rodeaban.
"La opción de Rajoy no es que haya elecciones generales, es formar un gobierno de amplia mayoría parlamentaria", pero esa opción, "depende del PSOE", apuntó la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Con sus 123 diputados, al PP no le alcanza ni con un acuerdo con Ciudadanos para gobernar, necesita que el PSOE al menos se abstenga.
Desde los comicios del 20 de diciembre, Sánchez insiste en que no participará ni permitirá un nuevo gobierno del PP, que aboga por una gran coalición con socialista y liberales. Una vez que tenga lugar la primera votación de investidura comenzará a correr un plazo de dos meses en el que si no hay acuerdo habrá elecciones, de ahí la fecha lanzada por Rajoy.
No obstante, si los españoles vuelven a las urnas no significa que la actual situación de ingobernabilidad se resolverá, ya que los sondeos apuntan a resultados muy similares a los de las pasadas elecciones generales.
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