Lunes, 9 de mayo de 2016 | Hoy
19:19 › LA VOTACION DE LA REFORMA DE PENSIONES SE SALDO EN MEDIO DE MANIFESTACIONES
Bajo la exigencia del FMI y la Unión Europea a cambio del rescate, el gobierno de Alexis Tsipras dio luz verde a una batería de medidas que incluyen cambios en jubilaciones e impuestos y que son cuestionados en las calles.
El Parlamento griego votó una polémica reforma a las pensiones exigida por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La controvertida batería de medidas, sancionada en la antesala del encuentro que hoy mantendrán los ministros de Finanzas de la Zona Euro, para analizar los pasos que el país heleno deberá seguir frente a la crisis económica, fue acompañada por 153 votos que salieron de la mayoría gubernamental, conformada por Syriza y el partido Griegos Independientes (Anel), y contó con el rechazo de 143 votos de los partidos de la oposición, entre ellos la formación de derecha Nueva Democracia. Cuatro legisladores se ausentaron del debate, según reportó la radio estatal ERT. La votación se saldó en medio de protestas convocadas por los sindicatos. En Atenas, donde las manifestaciones comenzaron a la mañana y continuaron por la tarde, cientos de personas chocaron con la policía al anochecer frente al Parlamento. Las fuerzas de seguridad reprimieron con gases lacrimógenos a los manifestantes, que lanzaron proyectiles a los agentes antidisturbios. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, defendió en el Parlamento la reforma de pensiones y fiscal.
El gobierno de Alexis Tsipras, que dispone de una mínima mayoría parlamentaria de 153 diputados de 300 legisladores, esperaba que la reforma fuese aprobada antes de la reunión del Eurogrupo en Bruselas. El objetivo: ayudar a que los 19 ministros de Finanzas de la Zona Euro concluyan la primera evaluación de la puesta en marcha del plan de rescate y de las reformas realizadas por Atenas e inicien el espinoso debate sobre la deuda griega. La legislación aprobada ayer contiene reformas de las pensiones, de los impuestos directos y de los indirectos, que permitirán ahorrar 5.400 millones de euros anuales. Con esa meta se pretende alcanzar en 2018 un superávit del 3,5 por ciento del Producto Interno Bruto, tal y como lo prevé el programa del tercer rescate firmado durante el verano europeo con los acreedores. Además, el paquete de medidas prevé recortes de las pensiones más elevadas, la fusión de varias cajas y la instauración de una jubilación nacional de 384 euros para quienes hayan trabajado 20 años.
En medio del apoyo de los diputados de la coalición gubernamental y del rechazo de los partidos opositores, el primer ministro griego salió a bancar el paquete de medidas. “Nos comprometimos a reformar el sistema de pensiones sin reducir las pensiones principales y lo conseguimos. El sistema necesitaba una reforma porque es complejo, socialmente injusto y clientelista. Y no corresponde al estado financiero del país”, aseguró Tsipras en el Parlamento. Además, remarcó que el sistema aprobado es sostenible sin necesidad de recortar las pensiones principales, y prometió que para más de dos millones de jubilados no habrá ni un solo euro de quita en la pensión.
El líder del gobernante Syriza se defendió de las acusaciones del principal partido de la oposición, Nueva Democracia, y resaltó que los que ahora lo acusan de imponer un “tsunami de impuestos”, aprobaron impuestos y recortes –por valor de 63.000 millones euros– entre 2010 y 2013. Sólo en 2014 impusieron recortes de 10.000 millones, dijo. El premier se mostró confiado en que tras seis años de convenir medidas de austeridad, hoy el Eurogrupo incluirá en su agenda una reducción de la deuda griega.
Según el ministro de Trabajo, Georges Katrougalos, impulsor de los recortes, la reforma de las pensiones es indispensable para garantizar la viabilidad del sistema de la seguridad social y bloquear el déficit de los planes de pensiones. Antes del debate, Panayiotis Petrakis, profesor de Economía en la Universidad de Atenas, señaló que las movilizaciones no amenazaban la aprobación de la ley. “La reforma será adoptada y conseguir este voto antes del Eurogrupo es una buena decisión”, señaló. “Pero la distancia entre Atenas y los acreedores, que exigen medidas adicionales de 3600 millones de euros, sigue siendo importante”, advirtió.
El sindicato del sector público, Adedy, convocó a una concentración frente al parlamento, anoche, horas antes de que se votara la reforma, considerada un saqueo por las centrales sindicales. Sin embargo, la participación en la movilización fue mucho menor que en la última gran convocatoria contra esta reforma, que tuvo lugar el 4 de febrero, cuando 50.000 personas participaron en las protestas. Algunos medios de comunicación señalaron que grupos de jóvenes encapuchados lanzaron bombas molotov durante la manifestación contra el proyecto de reforma, protesta a la que asistieron más de 10.000 personas.
Durante la huelga de 48 horas convocada por los sindicatos, la cuarta desde la llegada al gobierno de Tsipras en enero del 2015, ni el viernes ni el sábado funcionó ningún transporte público en el país. “Basta de masacrar la seguridad social”, “detengan la monstruosa reforma” y “no a la disolución del sistema de pensiones” fueron algunas de las proclamas que blandieron los manifestantes en sus pancartas y banderas. “Estamos contra estas medidas que subestiman nuestra inteligencia. Nosotros no somos marionetas, somos ciudadanos de un país democrático”, afirmó Eleni Karayianni, empleada estatal que sufrió varios recortes salariales desde el inicio de la crisis en 2010.
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