Lunes, 11 de julio de 2016 | Hoy
19:26 › “VAMOS A PREVALECER POR NUESTROS VALORES: DEMOCRACIA, LIBERTAD Y MERCADOS ABIERTOS”
En una visita que debió acortar por la violencia racista desatada en su país, el presidente norteamericano tuvo tiempo de equiparar el terrorismo de ISIS y la agresión rusa a Ucrania, y de defender los mercados abiertos. Por Héctor Barbotta Marbella
En plena negociación del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP), un acuerdo que amenaza con transformar de manera definitiva las relaciones entre Europa y Estados Unidos y enterrar para siempre lo que queda del estado del bienestar, Barack Obama se despidió ayer de sus aliados españoles con una advertencia: los valores que los hacen fuertes, como la democracia, el pluralismo y la libertad, dijo, incluyen también los “mercados abiertos”.
El presidente norteamericano cerró en la base militar de Rota –una fortaleza de 22 kilómetros cuadrados en el sur de España, a escasa distancia del estrecho de Gibraltar y asomada a África– la gira europea que inició con la cumbre de la OTAN de Varsovia, donde lo sorprendieron los sucesos de Dallas, y acabó con una recortada agenda en España que incluyó la visita a la base, de teórica soberanía española pero donde los militares norteamericanos deciden sobre los más nimios detalles de seguridad.
En esas instalaciones, un punto estratégico para la política militar de Estados Unidos en el Mediterráneo, Obama tenía preparada ayer una despedida apoteósica. Ante un público entregado compuesto por unos 2500 militares, muchos de ellos acompañados por sus familias, que lo recibieron como a una estrella del rock, el presidente de Estados Unidos lanzó la advertencia a sus aliados europeos. Primero desgranó cuáles son los desafíos de seguridad que enfrenta el mundo occidental, el terrorismo del ISIS y la “agresión de Rusia a Ucrania”, sorprendentemente colocados en el mismo nivel, para después advertir que la OTAN les hará frente desde su condición de la más poderosa alianza militar que ha conocido la historia. Inmediatamente después lanzó la advertencia cargada de intención: “Vamos a prevalecer por nuestro poder militar y también por nuestros valores: la democracia, el pluralismo, la libertad y los mercados abiertos”.
Obama, que regresaba de una cumbre de la OTAN en Varsovia –toda una metáfora de la expansión hacia el Este de la alianza militar que encabeza Washington– insistió sin embargo en condenar la “agresividad” de Rusia y se comprometió a “defender Ucrania” junto a quienes definió como sus “amigos europeos”.
La oportunidad para lanzar la advertencia a Putin pareció cuidadosamente elegida. Obama había comunicado hace tiempo su intención de visitar, antes de concluir su mandato, la base de Rota, donde se asienta el sistema armamentístico conocido como “escudo antimisiles”, instalado en cuatro destructores con base en ese puerto y que levanta ampollas de desconfianza en Moscú. Según fuentes diplomáticas españolas, sólo la presión del gobierno de Rajoy permitió que Obama incluyera en su gira, acortada tras el asesinato de cinco policias en Dallas, unas horas en Madrid, donde se entrevistó con el propio Rajoy y departió brevemente con los tres líderes de la oposición en otra base militar, la de Torrejón de Ardoz.
Ayer, la base de Rota se había vestido de gala para recibir al presidente norteamericano. Las medidas de seguridad fueron extremas y harían palidecer a las de los aeropuertos más vigilados del mundo. Los periodistas fueron citados cinco horas antes del acto y sometidos a rigurosos controles en los que se les quitaron hasta las botellas de agua que portaban para aguantar la espera y confinados en el hangar donde se desarrollaría el acto cuatro horas antes de su inicio.
Los militares asistentes, muchos de ellos acompañados por sus familias y con niños de corta edad, no corrieron mejor suerte. Citados en el hangar, bajo el calor del verano del sur de España, tres horas antes de la llegada del presidente, aguantaron estoicos. El discurso no duró más de 15 minutos, pero para regocijo de los asistentes incluyó repetidos agradecimientos a quienes, según el mandatario estadounidense, entregan sus vidas para hacer del mundo un lugar más seguro. La intervención, como era de esperar, concluyó a la manera clásica y con un guiño a los anfitriones. “God bless America, God bless España”.
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