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El tribunal oral número 21 concedió la "excarcelación" al exempleado ferroviario Francisco Salvador Pipitó, condenado a 11 años de cárcel como partícipe necesario del crimen del militante del PO Mariano Ferreyra. Pipitó fue juzgado y condenado a partir de su accionar violento para evitar que un equipo del canal C5N filmara la agresión de un grupo de ferroviarios contral los trabajadores y agrupaciones de izquierda que intentaron cortar las vías del ferrocarril Roca el 20 de octubre de 2010.

El tribunal le otorgó el beneficio en sintonía con un fallo de la Cámara de Casación porteña que le había emplazado a dictar un fallo en el término de 24 horas y había considerado cumplidos los requisitos legales para la libertad.

Pipitó es el segundo de los condenados por el crimen de Ferreyra que recupera la libertad en los últimos días, ya que la semana pasada el tribunal había concedido la excarcelación a Claudio Alcorcel, quien había sido condenado a ocho años de cárcel. Tanto Pipitó cuanto Alcorcel fueron excarcelados bajo "caución juratoria", es decir "libertad bajo palabra".

El tribunal impuso a ambos una serie de pautas de conducta, entre ellas la obligación de residir en lugar que manifestaron al momento de recuperar la libertad, comunicar cualquier mudanza, abstenerse de consumir "en exceso" bebidas alcohólicas, procurar un oficio y no cometer nuevos delitos.

Además, deberán presentarse del 1 al 5 de cada mes ante el tribunal, hasta que la condena -que aún tiene un trámite pendiente de confirmación en la Corte Suprema- quede firme.

En sus argumentos, el tribunal había evaluado que "Pipitó permaneció en detención el tiempo exigido por el Código Procesal Penal para acceder a su excarcelación, en atención a la reducción de 19 meses y 21 días que se le aplicó a fin de que avance en la progresividad del régimen penitenciario".

Además, según las autoridades del Complejo Penitenciario Federal I (Cárcel de Ezeiza), "obtuvo en el último período una calificación de conducta ejemplar (10) y de concepto muy buena (7) y no registró correctivos disciplinarios".

Mariano Ferreyra (23) fue asesinado el 20 de octubre de 2010 en el barrio porteño de Barracas, durante una protesta de trabajadores tercerizados de la línea Roca del Ferrocarril. Por el hecho fueron condenados los principales jefes de la Unión Ferroviaria, entre ellos José Pedraza, quien recibió una pena de 15 años de cárcel y hoy se encuentra en prisión domiciliaria.