Martes, 20 de septiembre de 2016 | Hoy
13:22 › COMENZó LA TAREA DE AUDITORIA DE LA ECONOMíA POR UN GRUPO DE TéCNICOS FONDOMONETARISTAS
Por Javier Lewkowicz
Los técnicos del Fondo Monetario Internacional comenzaron ayer su agenda de reuniones en el marco de la revisión de la economía nacional que prevé el artículo IV del organismo. La última vez que el FMI había jugado ese papel fue a mediados de 2005. A partir de allí el kirchnerismo canceló la deuda del país con la institución de crédito y frenó las visitas de auditoria para evitar que se amplifique la usina de pensamiento ortodoxo que trajo en el pasado inmediato consecuencias nefastas. En su afán por reinsertar a la Argentina en el círculo mimado por el establishment global, el Gobierno estrechó lazos con el FMI.
“Esta semana, después de 10 años, está visitando el país una misión del FMI para cumplir con el Artículo IV, como ocurre en cualquier país normal. Queremos volver a ser parte del mundo y cortar con el aislacionismo”, dijo el presidente, Mauricio Macri, desde Nueva York, a la espera de la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Estamos reconstruyendo la relación con la Argentina”, señaló el jefe de la misión del Fondo, el economista Roberto Cardarelli, luego de una reunión que mantuvo en la sede de la Unión Industrial Argentina (ver aparte).
La relación con el FMI no estaba totalmente cortada. De hecho, en los últimos años los técnicos del organismo vinieron al país varias veces y se reunieron con las autoridades de ese momento del Indec para analizar las estadísticas oficiales, luego de la moción de censura sobre el índice de precios al consumidor y el PIB que aplicó el Fondo. Sin embargo, esta visita es un salto hacia adelante en el vínculo.
El primer efecto del acercamiento al FMI es de naturaleza política. “El Fondo es la expresión de la derecha en el sistema financiero, tiene un discurso ordenador. Es como los viejos clubes de la élite que exigían para ingresar saco y corbata. Si no tenes, te lo prestan aunque te quede mal”, graficó el economista Arnaldo Bocco. El saco y la corbata es la auditoria del artículo IV. Bocco fue director del Banco Central y presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). También se desempeñó como director del Banco Ciudad por la oposición al delarruismo porteño en los 90 y contó una anécdota ilustrativa sobre el rol de los organismos financieros en ese momento. “En 1998 el gobierno porteño de Fernando de la Rúa le hacía decir al Banco Mundial que había que privatizar el Banco Ciudad. No sería raro que el Fondo diga cosas que el gobierno de Macri quiere instalar. De todas formas, el FMI también tiene que ser cuidadoso porque sufrió un gran desprestigio después de no haber previsto el estallido de la convertibilidad”, indicó.
El italiano Cardarelli revisará durante una semana los números de la economía, la metodología del nuevo IPC y del cálculo del PIB y mantendrá encuentros con los integrantes del gabinete económico: Alfonso Prat-Gay (Hacienda y Finanzas), Francisco Cabrera (Producción), Jorge Triaca (Trabajo) y Federico Sturzenegger (BCRA). También se reunirá con el secretario de Finanzas, Luis Caputo y el titular del Indec, Jorge Todesca. El cierre de la misión estará a cargo de Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, los días 27 y el 28 de este mes. En ese momento quedará perfeccionada la vuelta del país a las revisiones del artículo IV.
En el Gobierno esperan que el informe del Fondo tenga en general un tono amigable, con elogios sobre el pago a los fondos buitre, el levantamiento de las restricciones a la compra de dólares y al flujo de capitales. Difícilmente hable del blanqueo de capitales, que no viene cumpliendo con las expectativas oficiales. Por el lado del debe, el FMI desempolvará el viejo recetario que aplica en todo el mundo pero tenía hace tiempo guardado para el caso argentino. Advertirá que el Gobierno debe insistir en el “fortalecimiento” de la posición fiscal, es decir, en bajar el gasto público. También pondrá el foco sobre la inflación. Los funcionarios del Fondo se reunirán además con economistas y dirigentes de la oposición. A fin de mes, Werner cerrará su visita al país en el seminario anual de la ultraliberal FIEL.
Como el país no busca en el corto plazo financiamiento del Fondo, las recomendaciones del organismo tienen un carácter simbólico. Implicarán para el Gobierno otra voz de legitimación de su política económica, de manera similar a cómo funcionó el Foro Económico para atraer inversiones, donde los empresarios celebraron las medidas del macrismo. Si el Fondo insiste en la necesidad de mejorar las cuentas fiscales, el Ejecutivo contará con un nuevo aval para encarar ese camino. La revisión del artículo IV permitiría que el Fondo levante en noviembre la moción de censura que afecta a las estadísticas oficiales.
En términos estrictamente económicos, el Gobierno sostiene que a partir de someterse al artículo IV y el aval definitivo a las estadísticas oficiales bajará en alguna medida el costo del financiamiento para la Argentina en el exterior. La economista Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein, explicó a este diario que “la revisión del artículo IV se hace en todos los países. Mientras no se apele al financiamiento de parte del Fondo, no creo que ese informe tenga consecuencias sobre la tasa. En un mundo de tasa cero, Argentina todavía paga una prima de riesgo por sobre economías vecinas. Esa prima se irá achicando pero no me parece que el artículo IV tenga que ver”. Bocco agregó que la revisión puede destrabar algún crédito desde el Banco Mundial o el BID y mejorar las perspectivas de colocación de las reservas del BCRA en bancos europeos.
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