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Durante su discurso de apertura de la 71° Asamblea General, el titular de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, denunció que en la sala donde tiene lugar la cumbre anual había representantes de gobiernos que ignoran, posibilitan, financian, participan en o incluso planearon y ejecutaron "atrocidades" cometidas contra el pueblo sirio.

Para la guerra civil en Siria, que lleva más de cinco años y causó un saldo provisorio de poco más de 300 mil muertos, "no hay una solución militar", dijo y calificó de "repugnante" el ataque del lunes a camiones de un convoy con ayuda humanitaria en ese país.

Después del ataque, la ONU suspendió allí todos los transportes de ayuda humanitaria. "Los cooperantes, que entregan allí mercancías que salvan vidas, eran héroes. Los que los bombardearon eran cobardes", insistió.

Además sostuvo que es una "locura" el conflicto entre Israel y Palestina, y lamentó que se desvanezcan las posibilidades de lograr una solución de dos Estados a este prolongado enfrentamiento. También advirtió de que los ensayos nucleares en Corea del Norte ponen en peligro la seguridad internacional, al tiempo que el conflicto en Ucrania generó tensiones en Europa.

"Aun así, estoy convencido más que nunca, después de diez años en el cargo, de que tenemos el poder para acabar con las guerras, la pobreza y la persecución", aseguró Ban, y apremió a los representantes de los 193 países miembros de la ONU congregados en Nueva Tork a hacer lo necesario para que el acuerdo climático de París pueda entrar en vigor este mismo año.