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El presidente Mauricio Macri destacó que la reunión que mantuvo con Francisco fue "más larga" que la de febrero pasado -cuando solo habían estado 22 minutos- y contó que los temas sobre los que conversaron fueron "pobreza y narcotráfico". Una vez terminó el encuentro, añadió, le pidió al Papa unas palabras de despedida: "Me miró y me dijo 'fuerza y adelante'".

La audiencia de una hora otorgada por Francisco al presidente argentino tuvo lugar un día antes de la ceremonia de canonización del Cura Brochero, y a la que Macri asistirá como uno de los invitados.

"Hablamos de indicadores de pobreza, de lo mucho que hay por hacer y la importancia de la agenda de paz en el mundo", precisó el mandatario y agregó: "También del narcotráfico". "Quería saber sus opiniones sobre lo que hicimos estos meses", dijo y no agregó nada más al respecto.

Al ser consultado sobre si hablaron de la posibilidad de que el Papa visite el país, Macri respondió que no, y puntualizó: "Él sabe que todos lo esperamos. Estoy seguro que cuando él venga (a la Argentina) será muy importante. Él es una persona sabia y sabrá cuándo es el momento indicado".

El jefe de Estado llegó al Vaticano a las 10.18 hora de Roma (a las 5.18 en Buenos Aires), acompañado de su esposa Juliana Awada, la hija de ambos, Antonia; Agustina Macri, la hija de 33 años del mandatario, y Valentina Barbier, la hija de 13 años de la primera dama.

Tras ingresar por la "Puerta del Perugino", Macri y su familia se dirigieron al estudio anexo del Aula Paulo VI, donde mantuvo una audiencia privada, no protocolar y no oficial con el pontífice, la cual tuvo como único testigo al embajador ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter.

Macri le obsequió a Francisco una escultura hecha por el artista argentino Alejandro Marmo y tras la audiencia se reunió con embajadores argentinos en Europa, a quienes convocó a "convencer de que este cambio va en serio", al llamar a "redoblar esfuerzos" para conseguir inversiones. Y les dijo que seguirá "de cerca" sus gestiones para evaluar sus "resultados".

Por la noche, el jefe de Estado y su esposa cenaron con el Premier italiano Matteo Renzi en Florencia. El matrimonio viajó en un avión del gobierno italiano y participará mañana de la canonización del Brochero.