Jueves, 27 de octubre de 2016 | Hoy
14:48 › SALUD MENTAL
Por Franco Spinetta
En el presupuesto enviado a la Legislatura porteña, está previsto crear un centro de “neurociencias aplicadas”. Los trabajadores y la oposición dicen que se viola la Ley de Salud Mental en beneficio de empresas privadas y laboratorios.
Casi con sigilo, el gobierno porteño impulsa una iniciativa que promete generar revuelo entre los trabajadores de los hospitales psiquiátricos de la Ciudad. Según reveló el legislador del PO-Frente de Izquierda, Marcelo Ramal, en el presupuesto enviado a la Legislatura para el año que viene hay una partida de 650 millones de pesos para crear el Polo de Neurociencias.
El Polo se constituiría a través de la reconversión y refuncionalización de los hospitales neuropsiquiátricos José T. Borda y Braulio Moyano, ubicados en el barrio de Barracas, que pasarán a ser “centros de atención, experimentación e investigación relacionados con las neurociencias aplicadas”. Desde el Ministerio de Salud porteño explicaron a Página/12 que el objetivo es “renovar e instrumentar dentro de los hospitales psiquiátricos, una mirada más moderna de todo lo que tenga que ver con neurología, psiquiatría y neuropsicología”.
En ese sentido, se encarará una “remodelación con los equipos necesarios para que realmente sea lo que la Ciudad necesita”. El Ministerio dice que también ampliaría el rango de atención a través de la puesta en marcha de un centro de atención de adicciones con internación para pacientes agudos, centro de día y consultorios externos.
Para Ángel Barraco, psicólogo y uno de los autores de la Ley de salud mental de la Ciudad, el Polo será, en cambio, “un apéndice de los intereses de los laboratorios farmacéuticos”. Ramal mostró un paper firmado por la directora del Moyano, Norma Derito, donde se incluye la posibilidad de generar “ganancias por trabajos de investigación”.
“Hay un planteo muy fuerte que va hacia la privatización de la salud mental. Se vincula cualquier tipo de disturbio psicológico con un tratamiento con psicofármacos. Tenemos el serio temor de que los propios hospitales monovalentes sean finalmente un lugar de experimentación de las empresas privadas de salud”, señaló el legislador del FIT.
Según trascendió, dentro del plan del gobierno se encuentra la posibilidad de instalar aparatología de última generación en el Borda y transformar el Moyano un área de atención clínico-quirúrgica.
Silvia Allocati, trabajadora del Moyano, sugirió que detrás de la idea del Polo “hay intereses que apuntan a la mercantilización de la salud, a la posibilidad de generar estudios de alto valor para cobrarlos luego a las prestadoras privadas”. “Esto se vende como una defensa de los hospitales de la ley de salud mental, que apunta a cerrarlos. Pero nunca nos consultaron a quienes trabajamos todos los días acá cuáles son las necesidades y urgencias”, añadió.
Los trabajadores de ambos hospitales remarcaron la contradicción entre los planes del gobierno y los graves problemas que existen en materia de infraestructura, insumos y sobre todo con la imposibilidad de externar pacientes.
“Esto va a contramano de la Ley de Salud Mental”, aseguró a Página/12 Marcelo “Nono” Frondizi, delegado del Borda. “Es un debate que tienen que dar con los trabajadores de la salud mental, que somos la trama que sostiene los hospitales, no se puede hacer de forma unilateral”, agregó.
“Tenemos una cantidad de pacientes que no tienen familia o la familia no puede tenerlos, entonces necesitamos dispositivos, casas de medio camino y de convivencia. No es que no externamos porque no queremos, no están las condiciones”, explicó Allocati.
A pesar de que la ley de Salud Mental apuntaba a la externación de los pacientes, la Ciudad cuenta con apenas tres hogares de medio camino, uno de ellos ubicado en el partido de Avellaneda. Allocati contó, además, que la atención externa -otro aspecto de la normativa- cayó en forma exponencial. “Pasamos de de 38 mil consultas en 2013 a 13 mil en 2015. No se destinaron recursos al área de consultorios externos”, señaló. El plantel del Moyano cuenta con seis psiquiatras, ocho psicólogos y un trabajador social por todo concepto.
La disposición de los terrenos que utilizan el Borda y el Moyano también vuelve a ponerse sobre la mesa. El psicoanalista Hernán Scorofitz, de la Asociación Gremial Docente (AGD-UBA) de la Facultad de Psicología y trabajador del hospital Borda planteó que “se trata del segundo manotazo del macrismo. No podemos olvidar que pretendían sus terrenos para el centro cívico y ahora los proyectos de refuncionalización de los hospitales dejan ´áreas vacantes´ que podrán ser enajenadas para un polo empresarial de las neurociencias que empalmaría con el polo farmacéutico de Villa Lugano.”
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