Viernes, 28 de octubre de 2016 | Hoy
21:02 › "TODOS LOS MALES DEL MUNDO" SE CONCENTRAN AQUí
A pesar de que los campamentos informales de migrantes ya han sido desmantelados varias veces, desde la evacuación de la "Jungla" de Calais, las carpas se multiplican en las calles de la capital francesa.
"Hace tres días distribuíamos entre 700 y 800 platos de comida por jornada. Hoy, entregamos más de 1.000", comentó Charles Drane, coordinador de la ONG Adventist Development and Relief Agency (Adra), que distribuye alimentos a los migrantes en el distrito XIX de París, un barrio popular en el norte de la capital donde se han formado varios campamentos improvisados.
Si bien la ministra francesa de Vivienda, Emmanuelle Cosse, negó que hubiera "una llegada masiva de migrantes de Calais a París", fuentes policiales estiman que los nuevos migrantes provienen del campamento que fue evacuado esta semana.
"Es difícil decir de dónde vienen pero lo que es cierto es que los campamentos están creciendo de forma alarmante", subraya a su turno Violette Baranda, vicealcaldesa del XIX. "Hay familias con niños, algunos bebés de pocos meses", agrega.
Las tiendas de campaña, protegidas de la lluvia por lonas, se hacinan a lo largo de más de 700 metros en la avenida de Flandres, en el noreste de París. Se puede ver ropa tendida en cables amarrados entre dos árboles. Cerca de allí, bajo la línea colgante del metro, toda la acera está ocupada por tiendas de campaña o colchones colocados en el suelo.
Entre los migrantes hay sudaneses, somalíes, etíopes, eritreos, sirios, libaneses, afganos. "Todos los males del mundo" se concentran aquí, dice Ibrahim Zakaria, originario de Darfur. En París desde hace un mes, Wahidullah Karimi, un afgano de 26 años que trabajaba como ingeniero eléctrico espera junto con sus compañeros ser evacuado para "dormir en un lugar cerrado". "Que nos salven de esta situación", suplica.
Como los demás migrantes, un joven libio de 25 años, que prefiere no dar su nombre, dice soñar con dormir bajo un techo, "aunque sea en un pequeño cuarto con tres o cuatro personas". "Aquí, la vida es difícil. Hace frío, comemos y nos vestimos con lo que nos dan, y nos duchamos en baños públicos cuando podemos... No queremos vivir toda nuestra vida en la calle", explica este ex soldado del ejército libio.
La alcaldía de París, que prevé abrir próximamente un centro de acogida rovisional en el norte de la ciudad y más tarde otro en el sur, promete que estas personas serán evacuadas "en los próximos días".
Ninguno de los migrantes entrevistados por la agencia AFP dice haber escuchado casos de personas provenientes de Calais en los últimos días. Pero varios pasaron por allí, como Bokaloi, quien llegó a París hace un mes tras pasar 20 días en "La Jungla".
"En Calais no estaba bien, había muchas mafias. Aquí no hay violencia pero igual es duro", cuenta este argelino, envuelto en una bolsa de dormir.
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