Jueves, 5 de enero de 2006 | Hoy
16:13 › TRAGEDIA DE CROMAñóN
Los familiares de las víctimas de Cromañón realizaron hoy un escrache frente a la casa del suspendido jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra y la Policía tuvo que reforzar su custodia. La manifestación que se realiza en vísperas del día de Reyes, conmemora una festividad que sus hijos, según afirmaron los padres "no podrán disfrutar".
Según afirmó un vocero de Ibarra, el suspendido funcionario no se encontraba en la casa ni tampoco sus hijos, ya que desde hace algunos días pasan su tiempo en una casaquinta del norte del conurbano. Sin embargo, admitió que Ibarra "va y viene" a la Capital y también que a la hora de la manifestación estaba en esta ciudad para trabajar en una fundación.
El momento más crítico se vivió pasadas las 9.30 cuando un pequeño grupo lanzó cuatro piedras que ingresaron a la finca de Ibarra en Campillo 2757, en el barrio de Villa Ortúzar. El más exaltado fue Luis Fernández el padre de Leyla, una de las adolescentes fallecidas en el boliche de Once: "Este hijo de puta me robó a mi hija y no va a salir más a la calle", gritó Fernández, quien también lanzó amenazas días atrás contra el camarista Gustavo Bruzzone, quien había resuelto la libertad del empresario Omar Chabán, aunque luego ese fallo fue revocado por Casación.
Cuando se le aclaró que Ibarra no estaba en su domicilio adelantó "mañana lo vamos a buscar" y amenazó: "que no vaya a un acto público porque lo voy a matar con mis manos". La mayoría del grupo que manifestó trabajó para calmar a Fernández y persuadirlo de que no era ése el camino mejor para la causa de los padres. Eso hizo que de diez pasaran a ser unos treinta los policías que pasaran a custodiar la casa, mientras otros veinte se mantenían a la vuelta de la calle dentro de un colectivo de traslado de efectivos. Minutos antes, una vecina había salido en defensa del funcionario encausado por la Legislatura, y se trenzó en una corta
discusión con los padres. Entre insultos y tras un par de escupitajos, la mujer siguió su camino apurada por un policía que la convenció para que se vaya. También estuvieron Nilda y Nino Benítez, los papás de Mariano, otro de los chicos que perecieron en la tragedia del 30 de diciembre de 2004.
Nino dijo a radio Mitre que "elegimos la casa de Ibarra porque como se acerca Reyes queríamos recordar a los pibes de diez, ocho años, que murieron por la ineficacia de un gobierno representado por este señor y no pueden disfrutar" de esa fiesta tradicional. El hombre advirtió que permanecerán en el lugar hasta que salga a hablar con ellos el suspendido funcionario, al que calificó de "rata cobarde".
"No creo que salga Ibarra a hablar con nosotros", dijo el padre, quien apostrofó al suspendido jefe de gobierno con duros epítetos y subrayó que "él sale a hablar cuando no están los padres y dice que se reúne con padres pero no se reúne con nosotros", señaló. Benítez en el amanecer de la manifestación aún no sabía que Ibarra no estaba en su domicilio. Antes de irse, los manifestantes escribieron la leyenda "asesino" en tinta roja sobre la vereda y como firma "los pibes de Cromañón".
Fuente: DYN
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