Jueves, 5 de enero de 2006 | Hoy
Ajuste de precios relativos, el fuerte crecimiento de la economía, la elevada cotización de los bienes salarios que Argentina exporta, entre otras razones, gatillaron una inflación más elevada durante el año pasado.
Por Claudio Zlotnik
No existe una única razón que explique la aceleración inflacionaria del año pasado. Ni la habrá para entender la suba de precios prevista para este año, de entre 11 y 13 por ciento, de acuerdo con las expectativas del Gobierno y de las consultoras de la city. Una simplificación del análisis desembocaría seguramente en un diagnóstico errado. ¿Acaso no fue eso lo que le ocurrió a Roberto Lavagna cuando concentró su enojo con los sueldos de los encargados de edificios?
El ajuste de precios relativos es quizás el factor más obvio –y acaso también el de mayor peso– del actual contexto inflacionario. La explosión de la convertibilidad llevó al dólar por encima de los 3 pesos, pero la crisis de entonces funcionó como un freno natural a las remarcaciones, especialmente en el sector servicios.
La recuperación económica y, luego, el crecimiento sostenido animó a varios sectores a recomponer sus márgenes de rentabilidad. Así como los bienes transables lideraron los aumentos entre 2002 y 2004, el año pasado fue el turno de los servicios, que les ganaron la carrera. Aunque es cierto también que en los meses calientes del último trimestre, las subas fueron parejas.
En el podio de lo que más aumentó en 2005 figuran, precisamente, las expensas (24,3 por ciento) y las comidas en restaurantes (22,2). Muy cerca figuran los servicios educativos (20), los servicios para la salud (17,4) y el esparcimiento (15,2). Los alquileres, en tanto, registraron una suba de 17,9 por ciento en el año, pero en este punto influyó el fuerte encarecimiento que vienen registrando las propiedades.
¿Qué puede pasar con esta dinámica en los precios durante este año? En la presentación del Programa Monetario 2006, Martín Redrado admite que “todavía existe un considerable grado de incertidumbre en relación al ajuste pendiente de precios relativos (...), que fue muy limitado entre los años 2002 y 2004”.
Hay más factores que influyen en la inflación:
- Fuerte crecimiento de la economía: Es lógico que la expansión del 9 por ciento en el PIB genere tensiones en los precios. El Producto ya se encuentra entre 7 y 8 puntos porcentuales por encima al del segundo trimestre de 1998, cuando la economía todavía no había entrado en recesión. Las presiones inflacionarias aparecieron el año pasado ante el agotamiento de la capacidad ociosa.
En varios sectores industriales se evidencia inconvenientes con la oferta. El textil es un claro ejemplo: a pesar de que se realizaron inversiones para ampliar la capacidad productiva, apenas alcanzaron para hacer frente al fuerte crecimiento de la demanda.
- Precios internacionales en alza: Son los casos donde la Argentina importó inflación. Los más notorios de 2005 fueron las carnes y los lácteos. En el primer caso se combinaron dos factores: la apertura de nuevos mercados extranjeros con los valores más altos, en un contexto de restricción de la oferta mundial ante la aparición de aftosa en Brasil, “mal de la vaca loca” en los Estados Unidos y gripe aviaria en Europa. En el 2005, las carnes se encarecieron 21,3 por ciento, ocupando el cuarto puesto en el ranking de las subas.
A estos factores ee agregó uno que fue determinante: la escalada en los niveles de consumo interno, que recuperó los niveles precrisis. No hay que olvidar que el 85 por ciento de la producción ganadera se consume en el país.
Algo parecido ocurrió con los lácteos: nuevos mercados con precios en alza. La leche en polvo, principal producto de exportación, viene aumentando sin cesar a nivel internacional. La leche fluida se encareció 14 por ciento en los supermercados, mientras que los yogures lo hicieron en un 22,3 por ciento. Tanto en los casos de la carne como en los lácteos, las subas de las retenciones no alcanzaron para enfriar los precios. Una presión adicional fue la ejercida por los precios mayoristas, que hasta mitad de año se habían mantenido tranquilos. En el año, este segmento acumuló una suba promedio del 10,7 por ciento.
- Salarios: En el Gobierno aseguran que pudo haber presiones puntuales, pero de ninguna manera algo generalizado. Mencionan, por caso, lo sucedido con los encargados de edificios y con los aumentos de sueldos, del orden del 40 por ciento, en el sector automotor.
- Dólar: Los economistas ortodoxos afirman que si el Gobierno dejaba caer la paridad, la inflación hubiese sido más baja. Por lo expuesto más arriba, los precios son inflexibles a un retroceso del tipo de cambio. De todas formas, después del pago de la deuda al Fondo esa discusión quedó archivada.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.