La joven de 22 años, presentada solamente como Samira, mató a su padre Nasrol en diciembre de 2005 echándole cianuro en un jugo de frutas porque “la violaba desde que tenía 19 años”, según informa el domingo el diario Etemad-Melliel.

Samira fue acusada de asesinato por la fiscalía. Su abuela y sus tíos ejercieron su derecho, conforme a la ley islámica, para pedir que sea condenada a muerte.

“No dije nada para preservar mi reputación, pero cuando quedé encinta de mi padre no lo soporté más y lo maté echándole cianuro en su jugo de frutas”, declaró la joven el sábado ante un tribunal.

También ha sido acusada de mantener una relación ilegal con un hombre que le habría suministrado el veneno, y que está acusado de complicidad.

La ley islámica vigente en Irán permite a los padres, hermanas y hermanos de una víctima de asesinato pedir la pena de muerte para el culpable.

“Uno de mis tíos, que ha pedido mi ejecución, también abusó de mí”, dijo Samira, a quien sus hermanas y hermanos perdonaron.

Fuente: AFP