Con estos 1.000 puntos, que estarán funcionando a partir del 15 de julio con un total de 14.100 bicicletas, se desea fomentar el uso de este medio de transporte al igual que hicieron últimamente otras ciudades francesas como Lyon, Rennes o Marsella o capitales extranjeras como Oslo, Bruselas o Estocolmo.

La atribución de este servicio provocó la lucha entre varias empresas que deseaban obtener el contrato del ayuntamiento de París, finalmente concedido a la firma de anuncios y mobiliario urbano JCDecaux.

A finales de 2007, se espera que la oferta de bicicletas llegue a 20.600 en casi 1.500 estaciones repartidas por la ciudad.

Los precios serán accesibles y la bicicleta podrá devolverse en cualquier otra estación al final del alquiler.

Colapsada a menudo por el tráfico, contaminada y con dificultades serias de aparcamiento, París ha visto crecer en los últimos meses los lugares para estacionar bicicletas y sus autoridades gastan miles de euros en publicidad para fomentar su uso.