El canciller Maxime Bernier dijo en un comunicado que ambos países trataron infructuosamente durante algún tiempo de llegar a un entendimiento sobre un intercambio de embajadores, y que la expulsión era "consecuencia injustificada" de este desacuerdo.

"Desafortunadamente, hasta ahora no pudimos aceptar los candidatos que Teherán presentó", afirmó Bernier en el comunicado oficial.

"Creemos que la expulsión de nuestro embajador es una desafortunada e injustificada consecuencia de esta situación. Como siempre, Canadá permanece preparada para recibir a un embajador iraní si se presenta un candidato apropiado", agregó el parte.

El texto no explicó por qué los candidatos iraníes resultaron inaceptables para Canadá.

El embajador canadiense en Irán, John Mundy, fue nombrado recientemente, pero sus credenciales aún no fueron aceptadas.

"Irán se negó a permitir a nuestro embajador presentar allá sus credenciales y de esta manera asumir plenamente sus funciones.

Ellos decidieron rebajar de nivel nuestras relaciones", dijo el vocero de la Cancillería canadiense Shaun Tinkler.

Bernier señaló que la embajada canadiense en Teherán quedará a cargo ahora del encargado de negocios, el segundo diplomático en la escala jerárquica, y que ambos países mantendrán sus embajadas en las respectivas capitales y sus vínculos normales.

Las relaciones entre Canadá e Irán se mantienen semicongeladas desde que el ex embajador canadiense Ken Taylor, se llevó consigo a estadounidenses de la embajada norteamericana en 1980 antes de que fueran tomados de rehenes poco después del inicio de la Revolución Islámica, que transformó a Irán en una teocracia.

Más recientemente, el mes pasado, la Corte Suprema de Irán ordenó la reapertura del caso de la muerte de la fotógrafa iranio-canadiense Zahra Kazemi, fallecida en una cárcel de Teherán tras ser arrestada cuando sacaba fotos a una prisión capitalina.

Luego de su muerte, un comité nombrado por el entonces presidente Mohammad Jatami, un reformista, halló que Kazemi, de 54 años, murió por una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral secundarias a un "ataque físico".

Un cuerpo judicial conservador rechazó estos hallazos y dijo que la mujer murió de una caída por un desmayo.