Más adelante, la Presidenta insistió: “Quiero reconocer la maravillosa pluralidad de ese acompañamiento, bajo la lluvia y sin paragüas”. Acto seguido recordó que Enrique Santos Discépolo tenía una novia con quien había hecho un pacto para tirarse al río, pero el día acordado llovía torrencialmente y cuando la vio llegar a la Costanera en un taxi, con botas, impermeable y paragüas, le dijo “ma sí, vivamos”.

En otro tramo de su discurso, Cristina Kirchner afirmó que “el gobierno que consiga mayor igualdad le brindará mayor seguridad a todos los argentinos”, y agregó que en los doce años de gobierno kirchnerista “aprendimos que era mentira que teníamos que vivir de rodillas y que los mejores gobiernos no eran los gobiernos que elogiaban los de afuera. Hemos aprendido que era mentira que la flexibilización laboral generaba riqueza. (…) Lo aprendimos con Aerolíneas, con las Afjp, con YPF y cuando recuperamos el espacio radioeléctrico. Aprendimos también que los jóvenes pueden ser convocados para ser protagonistas de la historia, que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres y que, si somos más inteligentes, también nos corresponde su lugar”.

“Lo más importante de todo –agregó- es que estos derechos no significaron quitarle nada a nadie. Yo les pregunto cómo estaban en 2003 y cómo están ahora, y les digo que, como seguro van a votar a otros, asegúrense que quienes voten les permitan ganar lo mismo que ganaron ahora (…) porque no se aceptan devoluciones.”

“Tenemos mucha alegría de poder mirar a los ojos a los 40 millones de argentinos –concluyó- sin que nadie nos pueda reclamar que le hayamos sacado nada. Tal vez no les gusta el tono, o que somos peronistas, kirchneristas… que somos nacionales y populares.”