UNIVERSIDAD › ENTREVISTA CON EL REELECTO PRESIDENTE DE LA FUBA
“Se aferran a sus sillones”
Agustín Vanella anuncia que la federación luchará para “democratizar el gobierno de la UBA” y ayudar a los alumnos carenciados.
Por Javier Lorca
Vamos a luchar para democratizar el gobierno de la UBA... Pero la casta de profesores que gobierna no quiere perder sus privilegios”, se planta Agustín Vanella, desde el sábado presidente reelecto de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Con 24 años y a dos de recibirse de abogado, este militante del MST seguirá hasta julio al frente del organismo que representa a los 250 mil alumnos de la UBA. Como parte del acuerdo establecido por las agrupaciones de izquierda e independientes que integran el frente ganador, el mandato de Vanella seguirá hasta la mitad de 2003, cuando asumirá Santiago Gima, del PO.
–¿Por qué una reelección en el movimiento estudiantil?
–No creo que una reelección esté mal cuando se hicieron bien las cosas. Y yo no pienso enquistarme en el poder; supongo que éste será mi último cargo en la universidad. Como este año estuvimos seis meses nosotros y seis los independientes, la idea fue seguir un semestre más y completar un año de gestión, como tienen siempre los presidentes de FUBA.
–Hace un año, el Frente 20 de Diciembre reunió a las agrupaciones de izquierda y a los independientes en una programa que terminó con la hegemonía de Franja Morada. ¿Por qué se quebró el frente?
–Algunos independientes, como los de TNT, NBI, PDI y otros, nunca tuvieron una voluntad real de juntarse con nosotros. Lo hicieron sólo como una colaboración electoral. Ahora dicen que se distanciaron por mi gestión. No es así. En el primer semestre, cuando tenían la presidencia, trabajaron solos. Les acercamos proyectos y los dejaron de lado. Expresan un proyecto político distinto al nuestro. Y son medio fóbicos a la izquierda. ¿Alguien sabe cuáles son las diferencias ideológicas entre ellos y nosotros? Nadie. Tenemos diferencias, pero ningún estudiante las pudo conocer porque no se pudo discutir. Fue una lástima. Era una experiencia interesante para continuar.
–Los independientes se abrieron también del congreso de la FUBA denunciando un acuerdo entre el MST, el PO y otros, con Franja. También los acusaron de manejar la federación con objetivos clientelares y partidarios.
–Que me acusen de tener un pacto con la Franja ni siquiera merece que les conteste. Está claro que no hay ningún pacto. El problema es que TNT perdió delegados para el congreso porque no hizo elecciones en Económicas y permitió que continuara la usurpación del centro por parte de Franja. En Sociales la situación fue diferente: hubo una razón para no llamar a elecciones, todas las agrupaciones estuvieron de acuerdo en que no se podía votar mientras durara la toma del rectorado. Las denuncias de los independientes lo único que pretenden es embarrar la cancha. Tendrían que debatir ideas políticas. Si van a decir que hay militantes rentados... que lo prueben. El balance de la FUBA es público y está a disposición de todos. Lamento que estas cosas las digan independientes que trabajan con la burocracia sindical.
–Desde la izquierda, la CEPA y el PTS criticaron que el congreso se haya hecho en vacaciones, como se hacía también cuando conducía Franja.
–La CEPA legitimó durante diez años los congresos de Franja. Nos acusan de estar a espaldas de los estudiantes, cuando nosotros fuimos los primeros en convocar a un congreso abierto de la federación, en septiembre pasado, algo que nunca se había hecho desde 1908. A ese congreso la CEPA no vino. El PTS, en cambio, es más coherente. Su postura no tiene que ver con intereses mezquinos, electoralistas, pero es un poco infantil. Hubiera sido óptimo hacer el congreso en clases, pero hubo atrasos en las elecciones de las facultades y no se pudo. El año que viene tenemos que lograr que las elecciones se hagan antes. Igual, vamos a convocar a otro congreso abierto para el primer cuatrimestre.
–¿Qué balance político dejó el congreso?
–Expresó el crecimiento de la izquierda, el resultado es la antesala de lo que va a pasar a nivel nacional. Muestra el desbarranque de los partidos tradicionales y el crecimiento de la izquierda, y también de los independientes, pero me parece que ellos no saben qué hacer con ese aumento.
–¿Cuál va a ser el eje de la FUBA en los próximos meses?
–El proyecto fundamental va a ser avanzar en la participación estudiantil, abrir un debate sobre qué universidad y qué país queremos. Y otra cuestión básica va a ser profundizar las luchas reivindicativas para atender las necesidades de los estudiantes de bajos recursos. Queremos más becas de ayuda económica, el boleto estudiantil y también comedores. Este año aumentó mucho la deserción porque los estudiantes no tenían plata para ir a la facultad.
–¿Van a continuar los reclamos de mayor participación estudiantil en el gobierno de la UBA?
–Vamos a luchar para democratizar el gobierno de la UBA. Hoy hay un cogobierno totalmente ficticio. Los estudiantes somos la mayoría y tenemos una representación absurda. Pero la casta de profesores que gobierna no quiere perder sus privilegios. Se aferran cada vez más a sus sillones. Van a contramano de lo que pasa en el país, la sociedad está pidiendo que se vayan las burocracias. Y los que hoy pueden defender la universidad pública son los que no tienen representación: la mayoría de los docentes, los no docentes y los estudiantes. Nosotros somos el demos, el pueblo, de la universidad. No planteamos una dictadura, sino un cogobierno con más peso de los estudiantes.