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La suspensión de la asamblea universitaria le agregó suspenso a la elección del próximo rector de la UBA. Por lo pronto, le dio una semana más al radicalismo universitario para rearmarse frente al avance ganado en los últimos días por el bloque impulsor del ex decano de Medicina Guillermo Jaim Etcheverry.
Ayer, después de los incidentes, en la sesión informal del Consejo Superior que le puso fecha a la nueva asamblea hubo una agria disputa entre los sectores afines a Jaim y los que apoyan las candidaturas de la secretaria académica Alicia de Camilloni y de la vicerrectora Susana Mirande. Los primeros, que querían una nueva sesión hoy mismo, acusaron al rector Shuberoff: “El había asumido el compromiso de hacer todo lo posible porque se sesionara –comentó un decano–. Se sabía que podía haber problemas y nadie hizo nada por controlar el ingreso en la asamblea”.
Un funcionario del Rectorado se ocupó de responder: “O son el colmo de la ingenuidad o no entienden nada. No pueden pensar que una asamblea así va a ser un paseíto. En política, si estoy por ganar, yo mismo me ocupo de garantizar que se sesione. Y, si voy a perder, imagino que las garantías las va a poner el otro”. La próxima asamblea se haría a puertas cerradas, posiblemente en el Nacional de Buenos Aires, por lo que el conflicto se trasladará a la puerta del colegio.
La postergación de la asamblea llegó en el mejor momento de la candidatura de Jaim Etcheverry. Al apoyo de amplios sectores independientes, radicales, peronistas y de derecha de las facultades de Veterinarias, Agronomía, Sociales, Medicina, Odontología, Filosofía y otras, en las últimas horas había sumado el de tradicionales bastiones radicales: Psicología, Ciencias Económicas y Arquitectura. “Están viniendo todos los radicales al pie”, se ufanaba ayer uno de los impulsores del especialista en educación. “Se está produciendo un embudo que necesariamente desemboca en la figura de Jaim –dijo a Página/12 el ex decano de Veterinarias Aníbal Franco–. Cualquier otro resultado sería muy criticado por la sociedad y sería muy contraproducente para la universidad”, agregó el hoy consejero superior.
Ahora, los diferentes grupos que apoyan a Camilloni y Mirande seguirán trabajando en una fórmula alternativa, que pueda consensuar las diferencias entre ellas y, además, las diferencias con respecto a Jaim. “La candidatura de Jaim no la puedo tomar en serio porque no sé lo que piensa –definió Mirande, en diálogo con este diario–. Se está barajando la idea de encontrar un candidato con más apoyo. En el contexto de crisis que vive el país, se necesita más que media asamblea para gobernar la universidad.” Un operador radical detalló: “O se baja una de ellas (ayer Camilloni y Mirande ratificaron sus postulaciones), o hay que inventar otro candidato (se habló de los decanos Atilio Alterini y Berardo Dujovne), o hay que votar un candidato externo”.