La protesta de la FUBA y la suspensión de la sesión del Consejo Superior reabrieron una discusión de larga historia en la Universidad de Buenos Aires, cuyos extremos son la necesidad de aceptar una evaluación externa de la calidad académica y el rechazo a la composición –y otras particularidades– de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau).

El miércoles, las agrupaciones estudiantiles de izquierda (PO, MST y CEPA) frustraron la sesión para evitar que el consejo aprobara presentar las carreras de la Facultad de Ingeniería ante la Coneau, para que el organismo oficial las evaluara y, si fuera el caso, acreditara su calidad, proceso al que se han sometido la mayoría de las carreras del país consideradas de interés público.

“El rechazo de la UBA a la acreditación de las carreras de grado ha sido una posición permanente –señaló ayer el decano de Ciencias Exactas, Jorge Aliaga, mediante una nota–. Sin embargo, varias facultades plantearon a lo largo del último año los diversos problemas que tenían los egresados de carreras profesionales con matrícula al no estar las mismas acreditadas. Como consecuencia de esta inquietud el tema fue tratado en varias reuniones de la Comisión de Enseñanza del Consejo Superior. Con fecha 16 de agosto, esa comisión, ampliada con la presencia de decanos o vicedecanos de todas las facultades, emitió un documento en el que se expresa la disconformidad con la actual constitución de la Coneau, se solicita la aprobación de una nueva Ley de Educación Superior y se da la posibilidad de que aquellas facultades donde se cursen carreras donde se hayan generado inconvenientes por la no acreditación puedan solicitar, ante el Consejo Superior.” En septiembre el consejo aprobó que Farmacia y Bioquímica se presente ante el ente evaluador. Iba a hacer lo mismo con Ingeniería –anteayer– y el paso siguiente sería Veterinarias. “El tema de la Ley de Educación Superior y las acreditaciones de las carreras de grado es un tema conflictivo, en el cual muchos nos hemos manifestado por la necesidad de una reforma. Pero nada amerita las actitudes antidemocráticas y autoritarias, porque en ningún caso el fin justifica los medios”, concluyó Aliaga.

La FUBA mantuvo ayer su postura, pese a los repudios manifestados. Juan Pablo Rodríguez, copresidente de la federación, dijo a Página/12: “Las mismas camarillas que quisieron elegir como rector a un ex funcionario de la dictadura, que después votaron a un vicerrector ilegítimo, ahora quieren avanzar con la privatización de la universidad iniciada por el shuberoffismo y aplicar la Ley de Educación Superior”.