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Por J. L.

Sube el voltaje de la guerra política desatada en la UBA alrededor de la Facultad de Ingeniería. A la inconclusa batalla jurídica sobre si el decano Bruno Cernuschi fue destituido legal o ilegalmente, se sumó un dictamen de la Secretaría de Hacienda de la UBA que denuncia irregularidades en la administración de la Fundación Facultad de Ingeniería. Una dictamen que sustenta las acusaciones vertidas por Cernuschi contra la anterior (y actual) gestión de la facultad. La denuncia fue presentada por la propia universidad ante la Oficina Anticorrupción.
La fundación se adjudicaba la función de “gestionar donaciones” y “administrar por cuenta de los departamentos de la facultad los fondos provenientes de donaciones y de cursos y trabajos a terceros”. Tras una auditoría privada, Hacienda concluyó que la fundación no tiene fines diferentes de los de la misma facultad, por lo que su existencia “adquiere el rol de mero instrumento financiero por parte de ciertos departamentos o funcionarios de la facultad”. También detectó “la acumulación y desvío de fondos con la finalidad de aplicarlos a gastos extrapresupuestarios”. Por eso, acaba de pedir el cese de cualquier operatoria entre la facultad y la fundación.
Entre los manejos considerados irregulares figuran: 1) Falta de documentación, lo cual “impide determinar la legalidad y legitimidad de tales gastos”. 2) “Cuasi nulo ambiente de control.” 3) “Pago de personal de planta contratada de la universidad por parte de una persona de derecho privado.” 4) “La fundación poseía aplicaciones financieras con fondos de la universidad por montos superiores a los U$S 220 mil y $ 50 mil en abierta contravención de la normativa vigente.”