Dejando de lado los cuestionamientos, Aníbal Franco intentará esta semana abordar diversos asuntos postergados, como un millar de diplomas de graduados que esperan la firma de una autoridad que los valide. Entre hoy y mañana se reunirán también las comisiones del Consejo Superior, para tratar temas de enseñanza, concursos docentes, posgrados y presupuesto (se estima que habría un déficit de unos 100 millones de pesos). También se reunirá la comisión que comenzará a estudiar una reforma estatutaria. Un asunto especialmente delicado que espera solución es la situación del Hospital de Clínicas, atravesado por un intenso conflicto interno. Tras la salida de Miguel Jorge –el interventor nombrado por el ex rector Guillermo Jaim Etcheverry–, las autoridades interinas del rectorado habían nombrado a Angel Alonso como nuevo interventor. La asunción de Alonso fue notificada el 1º de junio, pero su gestión no fue demasiado prolongada: renunció el viernes 2. La dimisión se plasmó ante la resistencia de diversos sectores al personal nombrado por el fugaz director. Bajo un contexto de escasez presupuestaria, la disputa tiene dos aristas: el enfrentamiento gremial (la conducción de Apuba versus los delegados del hospital) y la interna de la Facultad de Medicina –y del bloque mayoritario– por ver quién controla el Clínicas.