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–A propósito de los factores de poder, ¿cómo ve a la Iglesia argentina en este paso de dictadura a democracia? ¿Visualiza cambios?

–No, la Iglesia sigue siendo fascista. No se olvide de que la única entrevista privada que otorgó el Papa fue a Primatesta, obispo que tuvo en su casa a Barreiro. Barreiro apoyó a Rico, Rico apoyó a Menem y se dice que Menem le dará a la Iglesia el Ministerio de Educación. Si unimos todo esto la cosa se pone bastante peligrosa. La Iglesia institución sigue estando del lado de los poderosos, mientras en las bases hay gente, sacerdotes, que están con nosotros.

–Usted personalmente estuvo con Juan Pablo II...

–Estas entrevistas se convierten en besamanos... Uno le va a pedir cosas concretas pero el Papa nunca contesta. En el ’83 le solicitamos que pidiera por la Argentina con la misma fuerza que lo hizo por Polonia y se limitó a darnos un rosario...

–Hace unos días que acaba de regresar de Cuba. ¿Pudo conversar con Fidel Castro?

–Habíamos pedido una entrevista formal con Fidel Castro pero él dio entrevistas al conjunto de las delegaciones y no en forma individual. Lo que nosotros queríamos era una entrevista y una charla política con un hombre al que respetamos muchísimo pero al que también le criticamos que en un momento dado abrazó y dio la mano a un hombre como Alfonsín, sin preguntarle nada. No es que nosotros no queramos que tengan relaciones con nuestro país, pero por lo menos debió haberle preguntado por qué perdonó a tantos asesinos. Con la misma mano que Alfonsín lo abrazó firmó la ley de punto final y de obediencia debida (y esto lo dijimos en Cuba) perdonando a los asesinos de más de 30 mil jóvenes que querían hacer la revolución en este país. Entonces, nosotros queremos y admiramos a ese pueblo que hizo la revolución, pero pretendemos una entrevista privada y política con Fidel para preguntarle por qué Cuba no apoyó a los movimientos que había en este país y a las Madres en la época de la dictadura.

–Después de la larga lucha que comenzó en el ’76, ¿qué aprendizaje les dio la democracia? ¿Qué rescatan de la democracia? Algunos las acusan de equiparar la democracia a la dictadura...

–Nosotros nunca decimos que es lo mismo: sí decimos que Alfonsín es medio milico... y es mejor medio milico que un milico entero. Pero, aunque no estemos de acuerdo ni con Alfonsín ni con Menem ni con Angeloz, ojalá podamos seguir eligiendo y seguir estando en esta situación que siempre defenderemos. Como ya lo hicimos, seremos las primeras que salgamos a la calle para conservar la democracia aunque a ésta le falte mucho. Uno aprende todos los días, cuando hace una gira o va al exterior, dado que los que nunca hicimos política (ahora estamos en el campo político, no partidista) tenemos que escuchar, leer, aprender y justamente lo que sí hemos aprendido es que el poder político está subordinado al poder militar y toda esta subordinación hace que la justicia no exista. No hay poderes independientes. Desgraciadamente lo que las Madres decían antes del gobierno constitucional se fue confirmando: los que asesinaron a los sacerdotes fueron perdonados por falta de pruebas aunque ellos dijeron que eran culpables; cuando surgen las pruebas no se declaran culpables... De modo que de una u otra forma, siempre encuentran la manera de perdonar frente a una clase política que constantemente adquiere compromisos con los militares.

–¿Usted aceptaría alguna candidatura en una lista de diputados?

–No; nosotros estamos luchando para cambiar este sistema y creo que la lucha se debe hacer desde las bases. Confiamos en que la gente alguna vez va a cambiar este sistema en el que está enquistada la corrupción. Uno no puede combatir algo metiéndose dentro de la corrupción. Todos sabemos que los senadores y diputados no van casi nunca al Congreso, cobran sueldos fabulosos, tienen una cantidad enorme de secretarias, entran en todo tipo de negociados, no hacen las leyes como corresponde... Las únicas que hicieron rápido fueron las del punto final y la obediencia debida para perdonar a los asesinos, pero las leyes que nos interesan no se hacen. Además no me conforma ningún partido y aunque fuera extrapartidaria no me voy a meter dentro de este sistema al que quiero combatir y cambiar. La única manera en que las Madres aceptaríamos una candidatura sería el día en que los diputados y los senadores no cobren sueldos, cuando estén dispuestos a dar para que el país crezca y trabajen medio día en lo que puedan y que el otro medio día sea trabajo voluntario para que, de una vez por todas, este pueblo viva en democracia, en libertad, sin represión ni opresión, sin ese sobresalto en que vivimos permanentemente.

–Entonces, ¿es definitivo su no a una candidatura?

–Totalmente; hemos estado muy enojadas cuando antes de ofrecérnosla aparecíamos en los diarios como parte de un frente. De ninguna manera lo aceptaríamos.

–¿No siente que las Madres, como en el ’76, vuelven a estar en soledad?

–Creo que hay muchos que nos quieren ver solas pero hay muchos más que están permanentemente con nosotras. Si estuviéramos solas no habría habido un aplauso tan cerrado y fuerte cuando entramos hace unos días en la cancha de River. Recientemente en Bariloche, en el salón de Aerolíneas que lo suelen prestar para charlas-debate a las que acuden no más de 100 personas, con las Madres lo llenamos con más de 800. Y la gente no lo podía creer. También muchos pueden pensar que estamos en soledad porque los medios nos cierran las puertas. Por eso tenemos nuestro periódico y estamos pensando en hacer un programa de radio para poder decir lo que pensamos, lo que queremos y por qué cosas estamos luchando.