Miércoles, 28 de febrero de 2007 | Hoy
Tras cuatro años de fuerte crecimiento, en los últimos seis meses se observa un cambio de tendencia que aún no encuentra su punto de estabilización. Pero todavía supera los niveles de principios de 2006.
Por Raúl Dellatorre
Aunque se trate de un mes atípico, los datos de enero han venido a ratificar la franca tendencia a la desaceleración en el crecimiento de la actividad de la construcción. Después de cuatro años consecutivos creciendo a tasas anuales superiores al 14 por ciento, en los últimos cuatro meses el ritmo de crecimiento del sector tiende a estabilizarse en torno del 7,5 por ciento respecto de iguales períodos de un año atrás. No obstante, el dato preocupante es que de los últimos seis meses, en cinco se verifica una caída en el indicador de actividad que elabora el Indec respecto del mes inmediato anterior. Ello supondría que después del techo alcanzado en julio de 2006, la construcción estaría verificando un paulatino descenso que aún no encontró su punto de estabilidad.
“Estamos yendo hacia tasas de crecimiento más normales, incluso todavía son elevadas en términos anuales”, sugirió un vocero del Gobierno con respecto al comportamiento del indicador. Desde el área de Economía, se trata de quitarle dramatismo al aparente cambio de tendencia de los últimos meses, y en cambio prefieren destacar “un crecimiento ininterrumpido durante los últimos 50 meses”, pero tomando en cuenta exclusivamente las subas registradas en cada mes con respecto al indicador de un año atrás.
El propio análisis del Indec advierte la “conveniencia” de utilizar la información del primer bimestre en su conjunto y no la del mes de enero en forma aislada, “dada la variabilidad de la oferta y la demanda durante el período de vacaciones”. Sin embargo, aun teniendo en cuenta la advertencia, el comportamiento del indicador estadístico de la construcción desde agosto en adelante marca una tendencia definida. Los altos niveles de actividad alcanzados a mitad del año pasado no han logrado sostenerse, y el valor del índice al que terminó el año se ubicó (una vez despejados los efectos estacionales) unos cinco puntos por debajo de aquellos valores máximos.
Esta suerte de freno a la actividad también se refleja en las expectativas de los empresarios del sector. En la encuesta cualitativa que realiza mensualmente el Indec, el 77,8 por ciento de las empresas que se dedican principalmente a la obra privada respondió que no espera cambios en el nivel de trabajos en lo inmediato. Con poca diferencia, entre aquellas dedicadas principalmente a la obra pública el 73,9 por ciento ofreció la misma respuesta.
No obstante, esta tendencia al estancamiento de la actividad no afectaría de igual manera al nivel de ocupación del sector. Por lo que se observa en el informe del Indec, las empresas de la construcción todavía arrastran un déficit de personal y, pese a no esperar una expansión en lo inmediato, siguen necesitando incorporar trabajadores para cubrir vacantes. Ello se demuestra, por un lado, en la evolución del personal ocupado en el cuarto trimestre de 2006, en el que a pesar de que la actividad no creció, los planteles aumentaron con respecto al trimestre anterior en un 4,4 por ciento, alcanzando a 368.766 empleados registrados. Pero, por otra parte, en la encuesta de expectativas, alrededor del 25 por ciento de las empresas señalan que se producirá un aumento en la dotación de su personal en lo inmediato.
Vale también señalar que, de la misma encuesta, surgen altos porcentajes de empresas que responden que han tenido dificultades para satisfacer su demanda de personal: el 33,3 por ciento en el caso de empresas dedicadas a la obra privada, y 45,7 por ciento entre las que se dedican a la obra pública.
Al desagregar la evolución de la actividad por cada uno de los bloques en que el Indec divide el estudio, no se observan grandes disparidades, salvo en el caso de construcciones petroleras, en el que un leve descenso incluso en comparación a un año atrás (3,1 por ciento) “está directamente relacionado con cuestiones del mercado de hidrocarburos”. Es decir, escasa actividad en la perforación de pozos.
Los demás bloques (edificios para viviendas y otros destinos, obras viales y otras obras de infraestructura) muestran aproximadamente una evolución pareja: menor actividad en diciembre y enero últimos con respecto a los meses anteriores, pero todavía entre un 8 y un 10 por ciento por encima de los niveles de esos mismos meses un año atrás.
Las ventas de insumos al sector mostraron en enero comportamientos dispares. Mientras que en ladrillos huecos y asfalto se observan crecimientos importantes con respecto a diciembre, en cemento se registra una suba muy moderada, al tiempo que hay retrocesos importantes en las ventas de pisos y revestimientos cerámicos y en hierro redondo.
También se mantiene en términos favorables la comparación interanual de la superficie a construir registrada a través de los permisos de edificación. El Indec toma el dato de los registros de 42 municipios, en los que se observa un aumento en metros cuadrados del 20,5 por ciento en enero con respecto al mismo mes del año anterior. Aunque el volumen registrado el mes pasado resulta 18,6 por ciento inferior al correspondiente a diciembre, esto es absolutamente explicable por razones estacionales.
En correspondencia con estos valores, el indicador sintético de la actividad de la construcción arrojó en enero un aumento en términos desestacionalizados del 6,4 por ciento en relación con enero del año anterior (8 por ciento con estacionalidad), pero la serie de tendencia mostró, por quinto mes consecutivo, una evolución a la baja.
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