En la Comisión de Salud del Congreso se están discutiendo varios proyectos que regulan las prácticas médicas vinculadas con la fertilización médicamente asistida. Los profesionales que trabajamos en estas temáticas sabemos que hace falta una regulación estatal sobre estas prácticas para que se tenga información de la magnitud y el manejo del problema en cuestión. A pesar de no existir legislación, estos procedimientos terapéuticos se realizan en nuestro país hace más de 20 años. Los resultados aquí obtenidos no difieren de los que se logran en los mejores centros del primer mundo. Muchos de estos países tienen normas no restrictivas, en las cuales deberían inspirarse nuestros legisladores. ¿Podríamos imaginarnos que la Ley Nacional de Transplantes se ocupara del material de sutura a utilizar en los operativos de transplante? Obviamente se trata de una decisión que corresponde a los profesionales. Sin embargo, en este nivel de absurdo se están discutiendo en el Congreso los proyectos sobre fertilización asistida. Esta ley debería ser lo suficientemente amplia como para que no hiciera falta modificar una norma legislativa nacional cada vez que un avance científico imponga un elemento novedoso. Además, sería adecuado dejar en manos del Ministerio de Salud los aspectos a discutir sobre su aplicación. Así sucede en los países donde se legisla con sentido de responsabilidad social e institucional. Así no se le impone a ningún ciudadano perder la posibilidad de tener hijos con asistencia médica cuando su condición de salud lo requiera. Sabemos que hay proyectos restrictivos médica y científicamente que son inaceptables. Entendemos que responden a intereses confesionales que son respetables, pero no estamos de acuerdo con que se imponga a toda la sociedad una forma de pensamiento. Estos proyectos proponen transformar los tratamientos prácticamente en inexistentes desde el punto de vista de su eficiencia. Sería oportuno que los legisladores consulten a las sociedades médico-científicas y que legislen considerando y preservando los intereses de los pacientes. Las personas que necesitan de estas técnicas desean poder tener hijos, ser padres y construir una familia.

Lic. Silvia Jadur

Directora de Filium Psicología y reproducción