Martes, 2 de diciembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › LUEGO DEL TRIUNFO, ZAMORA VUELVE A APUNTARLE A LA CONDUCCIóN RADICAL
El domingo, Gerardo Zamora fue reelecto como gobernador de Santiago del Estero por el 85 por ciento de los votos. En esta entrevista, reafirma su vínculo con el Gobierno. Critica a Gerardo Morales por aliarse a Lavagna y ahora a Carrió.
Por Emilio Ruchansky
Desde Santiago del Estero
Jura que se bajó antes de la “Caravana de la victoria” del domingo, lo llevó en su camioneta al ministro del Interior, Florencio Randazzo, hasta el aeropuerto local, fue para su casa y después, golpeando el reverso de su mano contra la otra mano, remata: “palmé”. “Bueno, antes de dormirme alcancé a ver cómo iba el escrutinio, que lo estaban pasando por la tele de acá en directo”, reconoce el gobernador santiagueño Gerardo Zamora, reelecto el domingo por el 85 por ciento de votos, sentado frente a su escritorio lleno de carpetas y papeles donde exhibe una foto en la que se lo ve con la presidenta Cristina Kirchner en su viaje a Nueva York. “No tengo aspiraciones de convertirme en un referente nacional”, afirma cuando se le pregunta si aceptaría ser el vice en las próximas elecciones nacionales o si ocupará el lugar vacío en la Concertación kirchnerista que deja Julio Cobos, con quien asegura no tener mala relación por más que no hable “hace meses”. Zamora toma su reelección como “un plebiscito” a su gestión, solventada en parte por el gobierno nacional al que apoya. Durante la entrevista también repasa su conflictiva relación con la conducción de la UCR en un momento donde, en su definición, “son más importantes los candidatos y sus proyectos que el partido político que representan”.
–¿Esperaba ganar por semejante diferencia?
–Nunca estuve por debajo del 72 por ciento en los últimos seis meses. Y eso que no hicimos grandes actos porque a estas elecciones las tomamos como un plebiscito.
–Pero sí hizo inauguraciones, como la de un hospital infantil el viernes pasado o la nueva terminal de micros en teleconferencia con la Presidenta.
–El año pasado hubo inauguraciones más importantes que éstas: el autódromo, la costanera de Las Termas, rutas, mil y pico de viviendas, quinientas viviendas rurales, un acueducto. Todos los días inauguramos algo.
–¿El gobierno nacional aportó para estos emprendimientos?
–El gobierno nacional tiene una inversión muy grande aquí por el Acta de Reparación Histórica que firmamos en el 2005 y son obras que prometieron para la provincia y se están haciendo.
–¿De dónde viene el concepto de “reparación histórica”?
–Es un término político, nomás. Santiago del Estero en las últimas épocas tuvo muy poca inversión nacional, si vos veías las rutas estaban hechas pedazo, ibas a Córdoba y estaban nuevitas, por ejemplo. Estaba como aislado Santiago del Estero.
–¿La época de los Juárez tiene que ver con eso?
–Y sí... estuvieron peleados con todos. Hasta con Menem, que lo declararon persona no grata en la provincia. No era casual el aislamiento, era parte de una concepción política, la de tener amurallada la provincia para que nadie penetre. Había poca actividad y era fácil comprar el voto: es el esquema feudal de todas las provincias del Norte argentino.
–Viendo su currículum se puede ver que pasó por todos los estratos radicales: Franja Morada, Juventud Radical y presidente del partido a nivel local.
–Toda mi carrera política la he hecho ahí, ocupé todos los cargos.
–¿Y cómo es hoy su relación con la cúpula nacional del partido?
–Yo me llevo bien con todos los radicales menos con la conducción del partido. No tienen poder territorial y ellos nos quieren explicar qué tenemos que hacer nosotros. Algo haremos bien para ganar elecciones, ¿no? Ellos lo único que hacen es buscar a (Roberto) Lavagna o a (Elisa) Carrió para ver si los salvan. Juntar gente nada más. Yo no me meto porque soy respetuoso de los asuntos en los que no participo. Acá en Santiago del Estero el radicalismo está bien, unido, orgánicamente vigente, y eso que lo intervinieron dos veces y le ganamos la batalla judicial las dos veces.
–Los gobernadores radicales, sean K o no, buscan alianzas también. ¿Por qué la conducción nacional les pone peros?
–En primer lugar, la UCR siempre se manejó bajo lineamientos federales, siempre se les dio libertad de acción a los distritos. Esta conducción da ahora libertad de acción a quien cree que debe dársela y a quien le conviene después en las internas. Hay una crisis muy fuerte en la UCR.
–¿Una crisis de representación?
–También porque la mayoría del electorado vota cada vez menos a los partidos políticos. Hoy ningún político puede hacer cosas sin saber lo que piensa la gente. Por eso todos pedimos encuestas. Yo hace una semana sabía que estaba cerca del 80 por ciento y a la una de la tarde del domingo tenía el resultado de las elecciones en la mano: el boca de urna es perfecto. En las encuestas que he visto, en las propias y en las nacionales, cuando se consulta a la ciudadanía, entre el 65 y 70 por ciento se considera no adherente a un partido político. Ni Santiago del Estero escapa a esa media. No es un dato de ahora, hace 3 o 4 años que es así. Y el resto, los partidarios, si no les gusta el candidato, sea radical o peronista, no tiene ningún problema en votar a otro candidato. Mirá a lo que se reduce la doctrina partidaria. Es más importante el candidato y su propuesta que el partido, porque hemos convertido a los partidos políticos en máquinas electorales.
–¿Cuál es el lugar de los partidos entonces?
–Hay que volverlos a su justa medida. Que hagan docencia, que fomenten la militancia. Hoy mucha gente llega a los partidos a buscar trabajo. Y el dirigente se convirtió en puntero y el puntero en prometedor de cosas. Después habrá que formar dirigentes que gobiernen, no. Esa es otra cosa.
–A partir del enfrentamiento entre Cobos y el Gobierno, la Concertación se quedó sin una cara visible. ¿Cómo lo ve usted?
–Soy parte y estoy convencido. Con Cobos no tengo problemas, pero perdí contactos, hace mucho que no hablamos.
–En el supuesto de que Néstor Kirchner le pidiera ser su vice en una fórmula a Presidente, ¿lo acompañaría?
–Soy un dirigente provincial, me toca la suerte de ser gobernador y no tengo ninguna aspiración en convertirme en un referente nacional. Mi único objetivo, por ahora, es gobernar mi provincia. Acompañar sí. El año pasado apoyé la fórmula presidencial de la Concertación, hubiera estado Cobos o no en esa elección. Así como nosotros pusimos al país por delante de nuestras banderías políticas y creemos en este proyecto, aquí ha habido muchos peronistas que actuaron de la misma manera.
–¿Qué opina de esa frase que dice que los peronistas, si no gobiernan, tampoco dejan gobernar?
–Son clichés. Yo fui intendente en la capital y tuve gobernador peronista, presidente peronista, y goberné igual.
–Estaban los Juárez todavía.
–La señora de Juárez, sí.
–¿Qué relación tiene con ellos hoy?
–Ninguna. Es un tema superado, ya nadie habla bien ni mal. Nos hemos puesto a discutir para adelante, no para atrás. No existen.
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