Martes, 2 de diciembre de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › OTRA MUJER MURIó DESPUéS DE UNA CIRUGíA ESTéTICA DE MAMAS
Ocurrió otra vez en Córdoba. Una mujer se sometió a un implante de siliconas mamario y falleció a los dos días. La Justicia imputó por homicidio culposo a la médica y al anestesista. El caso anterior sucedió el 10 de octubre.
Por Pedro Lipcovich
“Yo le dije que ella me gustaba como era, le pedí que no se operara, pero me convenció y acepté”, lloraba ayer Fernando Garbino, esposo de Paola Vera, la mujer de 29 años que, en Córdoba, murió dos días después de someterse a un implante de mamas. Un fiscal imputó por homicidio culposo a la médica y al anestesista que participaron en la intervención; esta acusación podrá mantenerse o no en función de los resultados de la autopsia, que ya fue solicitada. Una destacada especialista en cirugía plástica advirtió que “la búsqueda de una supuesta perfección corporal lleva a que muchas mujeres jóvenes no tomen en cuenta los peligros que siempre conllevan estas operaciones”. La empresa de cirugía estética que operó a Paola trabaja bajo el lema: “Traé el cuerpo que tenés, llevate el que querés”.
Paola, madre de una nena de dos años y medio, se operó el viernes pasado en la clínica Del Prado, de la capital cordobesa. Se le dio el alta esa misma noche. El domingo fue llevada de urgencia a la misma clínica, donde murió por un paro cardiorrespiratorio. El fiscal de instrucción Rubén Caro ordenó la autopsia y, en principio, formuló imputación por homicidio culposo contra la cirujana Analía Riutort y contra el anestesista, de apellido Guzmán, que intervino en la operación. Las imputaciones “corresponden a una primera instancia de la investigación y podrán ser modificadas a partir de los resultados de la autopsia”, aclaró a este diario una fuente judicial de Córdoba.
Ayer, el marido y la madre de la fallecida hicieron declaraciones en medios radiales: “Ya el sábado volvimos a la clínica porque ella no mejoraba –dijo Garbino–. La doctora me dijo que me quedara tranquilo, que era por los medicamentos que estaba tomando, pero ayer domingo ya no podía respirar y la volvimos a llevar”. La madre, Graciela Borda, dijo que “a Paola no se la atendió como correspondía porque se les terminaba el tiempo de alquiler de la clínica”. La cirujana Riutort se desempeña en la compañía Dermoestética, cuyo lema –según puede leerse en su página de Internet– es: “Traé el cuerpo que tenés. Llevate el que querés”. La empresa tiene sedes en Buenos Aires, Santiago de Chile, México y Miami, además de Córdoba.
Según Garbino, el precio de la intervención les había sido rebajado de 9000 a 7000 pesos. “No sé cómo le voy a explicar a mi hija la falta de su mamá, que era una mujer sana –dijo–. Ella no me hizo caso cuando le dije que no se operara, que a mí me gustaba como era, pero me convenció y lo acepté.” Gustavo Ana, abogado de Dermoestética, pidió “ser cautelosos y esperar los resultados de la autopsia”.
El director de la clínica Del Prado, Adalberto Robles, admitió que Dermoestética “realiza los procedimientos en nuestra clínica, que tiene todas las acreditaciones y donde ya se han efectuado más de 500 cirugías mamarias”. Robles dijo que “la paciente fue dada de alta el sábado y el domingo ingresó traída por un servicio de emergencias, prácticamente en paro cardíaco, y no se la pudo reanimar”. El ministro de Salud de Córdoba, Oscar González, confirmó que esa clínica está habilitada para efectuar esas operaciones, pero observó: “Hay que ponerles un freno a las cirugías plásticas. No hay que operarse porque sí, ya que existen riesgos”. El 10 de octubre, murió otra mujer luego de una operación similar en Córdoba.
Consultado por este diario, Ignacio Maglio –jefe de riesgo médico legal del Hospital Muñiz– explicó que “muchas veces, equipos que no cuentan con quirófano propio alquilan el servicio de quirófano a una institución: tanto el equipo como la clínica están civilmente obligados en cuanto a la seguridad del paciente. En lo penal la responsabilidad, que incluye el seguimiento postoperatorio, es de los profesionales que intervinieron”.
Por lo demás, “las intervenciones estéticas, incluso una aplicación de bótox, implican siempre un riesgo –destacó María Luisa Rijana, subdirectora del Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca y de la especialización en clínica estética de la Facultad de Medicina de la UBA–. Hoy la búsqueda de una supuesta perfección está exacerbada: muchas mujeres, sobre todo, no consideran los riesgos, y a veces el entorno familiar tampoco los toma en cuenta”.
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