La posible candidatura de Néstor Kirchner para las elecciones legislativas de 2009, una vez más, como sucedió cíclicamente durante este año, salió a circular por los corrillos políticos. Una muy alta fuente del Gobierno, con diálogo cotidiano con el presidente del PJ, le dijo a Página/12 que aún no definió si se postulará, que recién lo haría cuando falte poco tiempo para los comicios y que, si finalmente se lanza, será como candidato a diputado y no a senador.

Ayer, distintas voces del oficialismo salieron en fila a desmentir la versión que indicaba que Kirchner sería candidato a senador en la provincia de Buenos Aires. Entre los más encumbrados que descartaron que fuera a postularse para la Cámara alta estuvieron los ministros del Interior, Florencio Randazzo, y de Justicia, Aníbal Fernández.

Es que para que Kirchner sea candidato a senador es necesaria una compleja operación política, que implicaría hacer renunciar a su banca en el Senado a Eric Calcagno y llamar a elecciones para su reemplazo. Una maniobra, que, obviamente, le demandaría al kirchnerismo pagar un alto costo político. “La verdad que es un disparate. Es darles pasto a las fieras. Si por cualquier movida más o menos normal en la política nos acusan de no respetar los procedimientos republicanos, si hiciéramos una jugada semejante imaginémonos las cosas que nos dirían la oposición y los medios”, se exaltaba ayer un alto funcionario en su afán de explicar las razones de la inconveniencia de la candidatura de Kirchner a senador.

La explicación, que tenía forma de razonamiento pero fondo se trataba de información, era completada así por la fuente: “Si él se decide a ser candidato, puede ser candidato a diputado, que a los efectos prácticos es lo mismo y no tiene ninguna consecuencia traumática”.

Quizás esa candidatura deje abierto el flanco de que Kirchner es de Santa Cruz, pero desde Elisa Carrió a Graciela Fernández Meijide, pasando por Luis Barrionuevo y tantísimos otros, la laxitud geográfica para presentar candidaturas es moneda corriente en cada contienda electoral.

Uno de los que refutaron la posibilidad de Kirchner senador fue Randazzo, que hace unos meses, en cambio, se habría pronunciado a favor de la candidatura a diputado del presidente del PJ. “No existió ninguna charla en la cual se haya hablado de que Néstor Kirchner pueda ser candidato a senador el próximo año –señaló–. Yo he hablado ayer (por el domingo) con la Presidenta y con el presidente del Partido Justicialista a propósito de la elección en Santiago del Estero y en ningún momento hemos conversado la posibilidad de una candidatura de Néstor Kirchner y menos a senador por la provincia de Buenos Aires”, remarcó el ministro.

Randazzo agregó además: “Me parece que no es conveniente hablar de postulaciones y mucho menos de que Kirchner podría ser candidato a senador, una supuesta modificación del esquema actual, que tiene los senadores para el 2011”.

Más rotundo aún fue Aníbal Fernández, que con su estilo dijo que “ni por casualidad” se imagina a Kirchner candidato a senador el año que viene, aunque pareció extender su negativa también a la candidatura a diputado. “No sé cómo se han basado o quién lo ha propuesto de esa manera. Tengo que respetar lo que publican, pero no tiene nada que ver con la realidad –-sostuvo–. Ya se había dicho la vez pasada que iba a ser candidato a diputado nacional y ahora se dice lo mismo como senador nacional. El ex presidente Kirchner no ha tenido la visión que han tenido otros ex presidentes de ver en la legislatura una posibilidad de política pública”, completó Fernández.

Al mismo tiempo, también hubo voces en el oficialismo que apoyaron la posibilidad de la candidatura de Kirchner a senador. Uno de ellos fue, justamente, uno de los dos senadores kirchneristas por la provincia de Buenos Aires, José Pampuro. “El PJ debe llevar los mejores cuadros y creo que Kirchner sin lugar a dudas es un gran elector. Creo que es una decisión personal, pero que estratégicamente se nos abre un panorama mayor”, señaló el ex ministro de Defensa.

También el diputado José María Díaz Bancalari consideró que Kirchner “es la experiencia, es sabiduría, y que integre una lista sería un orgullo, pero me da la impresión que todavía no hay nada resuelto”.

Desde la oposición, la senadora bonaerense Hilda “Chiche” Duhalde calificó de “politiquería” la posibilidad de que Kirchner sea senador y opinó que eso “dependerá de si es capaz de acertar y de si la oposición es capaz de unirse por un solo objetivo”.

Francisco de Narváez, que aspira a encabezar una lista en la provincia, dijo que para él era una “buena noticia” y que “la elección de la provincia de Buenos Aires va a ser el punto límite, el punto final para una forma de hacer política que no se quiere más ni en la provincia ni en la Nación”. “Para mí es una muy buena noticia. Quisiera estar en la vereda de enfrente, construyendo una lista de consenso que surja de una interna”, completó el empresario de medios, que hoy trata de hacer confluir a Eduardo Duhalde y Mauricio Macri en un mismo proyecto.

En tanto, el diputado de Solidaridad e Igualdad (SI), Carlos Raimundi, afirmó: “Estoy harto de una doble hipocresía. La primera es hasta cuándo seguir creyendo que se puede representar al progresismo, sostenido desde los aparatos de los intendentes del PJ del Conurbano y en la estructura sindical de Moyano. La segunda es seguir jugando con personas nobles como Eric Calcagno, que ayudaron electoralmente al kirchnerismo para luego ser utilizados”.

Página/12 también consultó a varios intendentes del conurbano que son un fuerte sostén del PJ bonaerense. Se mostraron prudentes al hacer declaraciones públicas porque no saben qué decidirá finalmente Kirchner. De todos modos, coincidieron en admitir que “es el mejor candidato que podemos presentar”. Otra visión en común que pudo recoger este diario es que todos los prefieren como candidato a diputado y no a senador “para no pagar costos sin necesidad”.

“Quizá corramos el riesgo de que con Néstor candidato toda la oposición se una. Aunque sería impresentable para ellos tener que justificar la unión de Duhalde, Carrió, Macri y Binner, por ejemplo. Quizá quienes están decididos a votar contra el Gobierno lleven sus votos allí. De todas maneras es un riesgo que hay que correr para llegar bien parados al 2011”, analizaba uno de los intendentes con más llegada a Kirchner.

Kirchner suele decirles a sus íntimos que la elección del año que viene en la provincia de Buenos Aires es crucial, porque ganar allí holgadamente le daría una magnitud al triunfo que allanaría buena parte del camino a la presidencial de 2011. Y que si llegado el momento de las definiciones no hay un candidato que garantice una abultada diferencia, estaría dispuesto a presentarse él como candidato a diputado.

De hecho ya hay varios intendentes trabajando duro en el armado para el año que viene, como el de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez, en el sur del Gran Buenos Aires, y el de Ituzaingó, Alberto Descalzo, en el oeste. El norte es área del jefe de Gabinete, Sergio Massa, aunque por sus funciones delega bastante en sus operadores, y en el interior de la provincia la mayor responsabilidad la tiene Randazzo.

La principal misión es evitar fugas, que los que están adentro se sientan contenidos; el segundo objetivo es sumar a los peronistas que aún no están integrados y que coquetean con el macrismo o el duhaldismo.

El operativo muestra claramente la prioridad que es para el kirchnerismo la provincia de Buenos Aires para elevar el promedio del conteo final, ya que en los otros tres distritos grandes –Capital Federal, Córdoba y Santa Fe– sensatamente pueden a aspirar a derrotas honrosas o, en el mejor de los casos, a ajustadas victorias.